Argentina corrige el rumbo | El Nuevo Siglo
Viernes, 17 de Septiembre de 2021

* El triunfo electoral de Macri

* Izquierda se divide y contradice

 

 

El gobierno izquierdista de Alberto Fernández en Argentina hace agua y se debilita ante una opinión pública cada día más desconcertada y preocupada. Prueba de ello es su fracaso en las urnas hace una semana, ya que en las elecciones regionales el partido “Unidos por el Cambio”, que capitanea el expresidente Mauricio Macri, consiguió derrotar al partido Justicialista fundado por Juan Domingo Perón, que hoy es dirigido por el ala izquierdista que representa la exmandataria y hoy vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Una cadena de errores del gobierno en el manejo político, económico y de la pandemia, junto con el pobre desempeño de varios de los inexpertos ministros y asesores del mandatario, terminaron por disparar la animadversión popular y que el país empiece a virar de nuevo a la centro derecha. 

Paradójicamente mientras el triunfo ha sido manejado con discreción por Macri y sus aliados, la derrota produjo una reacción drástica por parte de la vicepresidenta Fernández, que en una inusual e histriónica carta abierta advirtió esta semana: “Cuando tomé la decisión, y lo hago en la primera persona del singular porque fue realmente así, de proponer a Alberto Fernández como candidato a Presidente de todos los argentinos y las argentinas, lo hice con la convicción de que era lo mejor para mi Patria. Sólo le pido al Presidente que honre aquella decisión…”.

La diatriba de la dos veces mandataria de izquierda y sin duda páter política de Fernández no se quedó. También criticó el desempeño económico: “Pero ojo, yo no quiero que ese crecimiento -el crecimiento económico del año 2021- se lo queden tres o cuatro vivos nada más. Para esto, me parece que hay que alinear salarios y jubilaciones, obviamente, precios, sobre todo los de los alimentos y tarifas”.

En una evidencia más de la crisis gubernamental y de la falta de conexión entre el mandatario y su segunda a bordo, la expresidenta y hoy vicepresidenta señaló en la carta, que retumbó en toda Argentina esta semana, que “… por eso le digo a todos aquellos que tengan miedo o que no se animan, por favor… hay otras ocupaciones además de ser ministro, ministra, legislador o legisladora. Vayan a buscar otro laburo…”.

La descarga crítica de la segunda a bordo -y para muchos el verdadero poder detrás del trono- prosiguió con un tono aún más descarnado: “Siempre le plantee al Presidente lo que para mí constituía una delicada situación social y que se traducía, entre otras cosas, en atraso salarial, descontrol de precios -especialmente en alimentos y remedios- y falta de trabajo, sin desconocer, obviamente, el impacto de pandemia. Igualmente, siempre remarqué la falta de efectividad en distintas áreas de gobierno”.

Todo lo anterior para puntualizar que advirtió al Ejecutivo (del que ella es la segunda a bordo y su principal soporte político y parlamentario) sobre “… la política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales. No lo dije una vez… Me cansé de decirlo… y no sólo al Presidente de la Nación. La respuesta siempre fue que no era así, que estaba equivocada y que, de acuerdo a las encuestas, íbamos a ganar ‘muy bien’ las elecciones”.

Los analistas argentinos señalan que ni la misma oposición había desnudado de esta forma las falencias del gobierno de izquierda. Como era de esperarse, el inédito y abierto desafío de la vicepresidenta ha desatado varias renuncias de altos funcionarios del Ejecutivo, en tanto el Presidente intenta maniobrar para evitar el quiebre de la coalición de gobierno, puesto que en tal circunstancia podría tener un fin similar el del mandato Alfonsín, que por la inoperancia y la falta de respaldo político fue derrocado.  

Aunque todo parecería indicar que Fernández busca conjurar la situación restableciendo puentes con su segunda a bordo, lo que implica un cambio de fondo en el gabinete, es claro que la crisis de la izquierda no será tan fácil de superar y que el fantasma del fracaso de otros regímenes del mismo sino asoma en la mente de muchos argentinos que comienzan a urgir una corrección del rumbo político de la nación.

Por el momento Macri y la centro derecha se mantienen a la expectativa. Las urnas mostraron el camino y hay que trabajar más fuerte para responder a ese anhelo de cambio de los argentinos.