Altisonancia verbal de la guerrilla | El Nuevo Siglo
Miércoles, 30 de Julio de 2014

Meses atrás, en medio de una de tantas polémicas que siempre orbitan al proceso de paz entre el Gobierno y las Farc, el presidente Santos le envió un mensaje al país, que, palabras más, palabras menos, se podría interpretar así: que lo importante era lo que finalmente terminara escrito y firmado por las delegaciones negociadoras y que, en consecuencia, no debería hacerse tanto eco a las continuos pronunciamientos de los voceros guerrilleros.

Ese mensaje es, precisamente, el que debe aplicarse en estos momentos a raíz de las últimas y polémicas declaraciones de los negociadores y cabecillas de las Farc en torno del delicado tema de la verdad, justicia y reparación de las víctimas del conflicto armado. Se trata de pronunciamientos que, en sana lógica, casi rayan en lo delirante, como el decir que los integrantes de la Fuerza Pública secuestrados por la subversión no se pueden considerar como víctimas o, peor aún, sugerir que el presidente Santos debería responder por la orden que dio para abatir en su momento al máximo jefe de esa facción armada ilegal, alias ‘Alfonso Cano’.

Es claro que esa clase de pronunciamientos indignan a la opinión pública y, sobre todo, a las víctimas de la barbarie guerrillera. Y también es natural que surja un alud de recriminaciones a esas posturas a todas luces cínicas e inaceptables. Sin embargo, ya en el pasado los cabecillas de las Farc hicieron uso de esa altisonancia verbal pero, al final, nada de esas ideas extremas quedó reflejado en los acuerdos finales de los puntos negociados, más aún cuando se sabe que todo lo pactado tendrá que ser sometido a las urnas y allí la ciudadanía frenará todo aquello que considere excesivo o inaceptable.

Válidas, pues, las réplicas a las posturas controversiales de la guerrilla, pero siempre sin perder el norte de que lo importante y concreto es lo que se firme en los acuerdos parciales y el final.