El proceso de construcción de la Alianza del Pacífico sigue adelante. El lunes, en Cartagena, se llevará a cabo la VIII Cumbre del bloque, en el que participarán los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos; de Chile, Sebastián Piñera; de Perú, Ollanta Humala, y de México, Enrique Peña Nieto.
El cónclave tendrá como objetivo principal la suscripción del Protocolo Adicional al Acuerdo Marco, en el que se materializan los compromisos para facilitar el acceso de bienes y servicios en los cuatro países miembros. De igual manera se revisarán los avances en el proceso de integración de los cuatro países, sobre todo en lo relativo al relacionamiento con Estados Observadores y Terceros.
Como se sabe, la Alianza es uno de los procesos de integración económica más importantes del continente y que ha llamado la atención de muchos otros países, incluso europeos, que ven un bloque que en muy poco tiempo -ya que fue establecido formalmente en junio de 2012- ha logrado madurar y concretar instancias que otros mecanismos transnacionales no pudieron alcanzar ni después de una década.
Ese interés que la Alianza despierta y que quedó en evidencia en el reciente Foro Económico Mundial, que se realizó en Davos (Suiza), no es gratuito. Para solo hablar de los cuatro países fundadores, baste decir que Colombia, Chile, México y Perú suman un mercado de 212 millones de habitantes y cuyas economías equivalen al 35 por ciento del total de América Latina y el Caribe. Otro dato claves es que su tasa promedio de crecimiento fue del 5% en 2012, superior al mundial de 3% para ese año. Las cuatro naciones, igualmente, representan el 41% del total de flujos de Inversión Extranjera Directa de América Latina y el Caribe. Y, como último dato, también engloban el 50% del comercio exterior de la región.
Lo anterior explica por qué hoy la Alianza da pasos acelerados hacia la construcción de un área de integración profunda para avanzar progresivamente hacia la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas, así como impulsar un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad de las economías de los países que la integran. Es evidente que sólo en la medida en que ello se logre, las naciones que la integran podrán, realmente, aterrizar con suficiente margen de competitividad en la zona del Asia Pacífico, que hoy por hoy es el núcleo geoeconómico más importante del planeta, tanto en nivel de comercio y flujo de divisas, como de desarrollo tecnológico.
Es claro, de otro lado, que para que Colombia aproveche, en mejor forma, los beneficios de la Alianza debe acelerar los procesos de modernización de infraestructura y de competitividad en los departamentos de la región Pacífica, pues son éstos los llamados a ser los más activos en el intercambio comercial, migratorio, turístico, de servicios, tecnológico y otros aspectos clave.