*Se afina diplomacia común
*Rajoy: visa Schengen será eliminada
Dentro de una política exterior de fortalecer las relaciones bilaterales entre España y Colombia, los jefes de Estado de ambos países Juan Manuel Santos y Mariano Rajoy suelen consultarse para analizar los asuntos internacionales, comerciales y las posibilidades culturales que contribuyan a desarrollar de manera conjunta. Culminó ayer un interesante y fructífero viaje de la canciller María Ángela Holguín y de un equipo de asesores, para atender numerosas entrevistas no solamente con las altas jerarquías del Gobierno español, sino con numerosos empresarios y destacados políticos. El clima político y social de estas reuniones se destaca por su calidez y la buena voluntad de las partes en favorecer los intereses comunes. Uno de los temas que más interesa a Santos y Rajoy, es el de la Alianza Pacifico. Rajoy considera que Colombia es una especie de portaviones para avanzar en ese mercado, por lo que estuvo en Cali cuando los signatarios de la Alianza del Pacifico se reunieron allí y donde alcanzaron en breve tiempo sendos acuerdos internacionales favorables a esa asociación que ya tiene una dinámica propia de alto vuelo.
El Gobierno reiteró en España que ha seguido con firmeza la política de seguridad. Por tanto, el Gobierno garantizó a los inversionistas y empresarios del exterior fructíferas alternativas de negocios. España cuenta con varias empresas que se destacan en el mundo por cuanto han obtenido importantes contratos de obras públicas en distintos países, incluidos los Estados Unidos por el sistema de autofinanciación, donde los beneficiarios de la obra cancelan el costo de la misma cuando está ejecutada. Es de recordar que Colombia se conmovió con una poderosa protesta social en la que grupos de agricultores culpaban a los productos de la Unión Europea y otros países de empujarlos a la ruina, por cuanto en Europa los sectores del campo reciben jugosos subsidios del Estado. Diversos estudios económicos muestran las dificultades que tiene el sector agrario para competir en el exterior, drama que el nuevo ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, intenta afrontar con su amplia experiencia en el sector y el diálogo para encontrar soluciones de fondo a esos problemas.
El presidente Mariano Rajoy es consciente de las dificultades por las que atraviesa Colombia en materia económica y estima que las mismas se pueden superar, en lo que coincide con el gobernante colombiano. Por lo mismo Rajoy ha insistido ante la Unión Europea para que se le cumpla a Colombia en materia de política migratoria y se elimine la visa Schengen, puesto que no tiene sentido que mientras Colombia abre sus fronteras a los productos europeos a sus nacionales se les cierren las posibilidades de desplazarse a Europa. Esas restricciones a los colombianos para viajar son inamistosas, incomprensibles e injustas, más cuando se sabe que uno de los países que más reticencias ha mostrado para la libre movilidad de los colombianos en la Unión Europea es Francia, lo mismo que Italia y Alemania, por lo que por disposiciones de Rajoy se han desplegado sus embajadores ante las cancillerías de esos países para explicarles que por los niveles de desarrollo de Colombia y los ingresos de sus habitantes la mayor parte de quienes viajan al exterior no lo hacen para quedarse y no son un peligro para la seguridad o por el narcotráfico, dado que los delitos los cometen elementos de las mafias que son identificables por las policías respectivas, las que deben manejar esa información y proceder contra quienes infrinjan las normas.
Entre los diplomáticos españoles se destaca Jorge Morada, influyente funcionario de la Moncloa, al que condecoró en memorable ceremonia la canciller María Ángela Holguín, con la Orden de San Carlos. Morada ha desplegado una positiva política para limar las asperezas con sus homólogos de la Unión Europea, lo mismo que avanza en una campaña por superar las reticencias de los ministerios del Interior de Francia, Alemania e Italia, para facilitar la comprensión de la nueva Colombia y que no tiene sentido mantener anacrónicos obstáculos a los viajeros colombianos, cuando el país cumple con todo lo pactado en el TLC con Europa. Por lo que es de elemental reciprocidad permitir el libre tránsito de los colombianos por los países de la Unión Europea.