* La nueva emergencia sanitaria global
* Colombia elevó ayer el nivel de riesgo
Llegar a un acumulado de diecisiete mil casos en 75 países fue necesario para que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara el pasado fin de semana a la llamada viruela símica, también conocida como viruela del mono, como una “emergencia de salud pública de preocupación internacional”, una designación que actualmente también cubre a la poliomielitis y al covid-19.
Esta clase de viruela circula hace más de cincuenta en África y en las últimas semanas se ha expandido con inquietante rapidez en Europa y América.
Según la rectora global en salud, la declaratoria está diseñada para desencadenar una respuesta internacional coordinada y facilitar el acceso a los recursos necesarios para el intercambio de vacunas y de tratamientos.
En Colombia la enfermedad se encuentra en estado de contención (hay once casos confirmados, diez de ellos con origen fuera del país) y, de acuerdo con el ministerio del ramo, todo está listo para enfrentarla. Incluso el Instituto Nacional de Salud adelanta desde junio la fase de vigilancia intensificada y hace el seguimiento de los casos en todo el territorio.
La viruela del mono es una enfermedad viral de bajo contagio (por debajo de 0.03%), similar a la viruela más conocida, pero menos grave. Se caracteriza por la presencia de lesiones en la piel, en especial en manos y pies. Otros síntomas son fiebre, ganglios inflamados, dolor de cabeza, agotamiento y dolor muscular. La enfermedad se propaga por contacto físico con una persona infectada o con toallas o superficies que contengan el virus. También a través de lesiones epidérmicas o en ojos, nariz y boca, o incluso a través de las vías respiratorias.
No hay vacunas específicas contra esa enfermedad, pero dada su similitud con la viruela, en Estados Unidos y en algunos países europeos están utilizando biológicos y antivirales desarrollados y utilizados desde hace varios años para enfrentar ese virus -Jynneos y Acam2000 así como antivirales como Tecovirimat-. Sin embargo, se trata de un uso experimental porque tampoco hay tratamientos para la viruela del mono diferentes del reposo, uso de analgésicos e ingesta de líquidos durante el período de dos a cuatros semanas que puede durar la enfermedad.
En nuestro país las autoridades manifiestan que la viruela del mono no representa una amenaza similar a la pandemia de covid-19. Sin embargo, hay que estar alertas. De hecho, ayer el Ministerio de Salud elevó, ante la eventualidad de transmisión comunitaria de la enfermedad, el nivel de riesgo de moderado a alto. Por lo mismo, todo el sistema de salud y las EPS tienen que afinar sus procedimientos para enfrentar esta contingencia sanitaria, al tiempo que se ajustaron otros procedimientos en materia de control migratorio, protocolo en manejo de casos, red diagnóstica, laboratorios especializados, capacitación de talento en salud y centros de salud prioritarios.
No la tuvo fácil la OMS para declarar la “emergencia de salud pública de preocupación internacional”, en un planeta que todavía padece las consecuencias materiales, los traumas y los duelos de la pandemia del coronavirus. El reto era evitar pánico, pero ante la perspectiva de que la viruela del mono siga creciendo aceleradamente, la agencia de la ONU optó por esa medida que alinea a las autoridades sanitarias de todos los países en la tarea de reforzar vigilancia, pruebas y campañas de prevención. No obstante, abundan críticas acerca de la mala coordinación entre la entidad global, los gobiernos y los expertos que consideran que la declaración se produjo tarde.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que aunque estaba declarando una emergencia de salud pública de preocupación internacional “por el momento este es un brote que se concentra entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, especialmente aquellos con múltiples parejas sexuales”.
Ese es otro aspecto singular del fenómeno porque casi 99% de las infecciones de viruela del mono en Estados Unidos, Canadá, España y Reino Unido y otros países han ocurrido entre homosexuales. Por eso, al mismo tiempo que las medidas sanitarias para enfrentar la amenaza, la OMS está lanzando alertas para contener estigmatización y discriminación de esas poblaciones.
Como ocurrió con la pandemia de covid-19, que mostró un panorama mundial de desequilibro e inequidad, dividido entre países ricos con recursos y vacunas, y naciones pobres marginadas de estos beneficios, la activación universal de acciones y medidas para contener la viruela del mono puso al descubierto el abandono que ha sufrido África durante las décadas que completa luchando sola contra esa enfermedad que registra muy altos índices de mortalidad en regiones de Centroáfrica o el Congo. Es de esperar que esta emergencia sea motivo suficiente para poner fin a esa injustificable manifestación de desidia e indiferencia.