*No hay precaución que sobre
**Redoblar campañas de ahorro de agua
Aunque oficialmente las autoridades meteorológicas todavía no tienen los suficientes elementos técnicos para asegurar o descartar si se presentará en el arranque de este tercer trimestre del año el fenómeno climático de La Niña, que se traduciría en un aumento drástico de la temporada seca que está arrancando en Colombia, lo cierto es que toda precaución que se puede tomar para enfrentar una eventual ola de calor superior a la tradicional, debe ser puesta por el sector público y privado en la lista de prioridades.
Los escenarios de las predicciones sobre la variabilidad climática indican que hay una probabilidad del cincuenta por ciento del surgimiento de un fenómeno de El Niño. El calentamiento gradual de las aguas del océano Pacífico tropical así como la evolución de las corrientes globales de vientos y otras anomalías dan a entender a los meteorólogos que la temporada seca en Colombia, que por lo general arranca a mediados de junio y se extiende hasta septiembre, podría ser más pronunciada de lo normal. Incluso, ya de por sí se registró una disminución de los promedios de lluvia en mayo en varios departamentos del centro del país. Es evidente que la ola invernal en el primer semestre fue menos pronunciada que la registrada en el mismo período del año pasado, cuando el entonces fenómeno de La Niña estaba en su máximo pico de influencia en toda la zona tropical suramericana.
El propio Gobierno ha sido claro en que si bien no se puede asegurar o descartar que estemos entrando en la antesala de un temporada seca muy pronunciada, es necesario adoptar medidas preventivas que van desde generar esquemas para el ahorro de agua hasta pedir al sector agropecuario y el de generación de energía hidroeléctrica que alisten planes de contingencia para enfrentar cualquier eventualidad. En ese orden de ideas, tanto las gobernaciones como las alcaldías así como las corporaciones autónomas regionales deben redoblar estrategias para racionalizar al máximo el uso del agua, en especial a través de campañas ciudadanas de promoción del ahorro del preciado líquido. No hay que esperar a que los niveles de los embalses o de los ríos que surten los sistemas de acueducto bajen de forma sustancial para profundizar estos esquemas de concienciación entre los habitantes.
Como también es normal en esta época seca, es necesario que se redoblen los esfuerzos para prevenir incendios forestales, un riesgo que siempre se potencializa más si las temperaturas son aún más altas que los promedios históricos. Además, no se puede dejar de lado que está arrancando la temporada vacacional y es mayor la cantidad de personas que acuden a parques, bosques y otras zonas de alta vegetación, en donde una hoguera no controlada o apagada de forma superficial podría dar lugar a una peligrosa conflagración.
Los agricultores ya están tomando nota de las alertas gubernamentales y adoptando algunas medidas preventivas, así el Ideam aún no haya confirmado o descartado la posibilidad de la presencia de El Niño. Según explicó a este diario el principal vocero gremial se está pidiendo al Gobierno una mayor cantidad de recursos para garantizar que el ciclo de cosechas y de producción de alimentos no se vea fuertemente afectado ante el riesgo de una ola de sequía. La idea es que esos dineros sean dirigidos a temas de primer orden como la puesta a punto de los distritos de riego, compra y mantenimiento de motobombas, construcción de lagunas artificiales en las fincas, limpieza de canales y otras labores destinadas a asegurar la disponibilidad de agua en este tercer trimestre del año. A su turno Finagro tiene más de seis billones de pesos destinados a apoyo al sector agropecuario, sobre todo en lo relacionado a afrontar los desafíos del cambio climático.
Como se dijo, todavía persiste la incertidumbre sobre cuál será la intensidad de esta época veraniega, y sólo a finales de este mes o comienzos de julio los modelos meteorológicos serán más certeros. Por el momento lo mejor es tomar todas las precauciones posibles. Lo que pasó en esta primera época invernal de 2012 debe ser un ejemplo a seguir. Una inversión billonaria en materia de atención humanitaria así como en obras de contingencia, rehabilitación y reconstrucción de infraestructura permitió que no se repitiera la tragedia del año pasado. No se debe bajar la guardia.