Ecopetrol | El Nuevo Siglo
Miércoles, 11 de Abril de 2012

La empresa más importante del país, que ya llegó a producir un millón de barriles diarios, que se ubicó dentro de las 40 petroleras más grandes del mundo y las cuatro más importantes del hemisferio y que le genera el mayor porcentaje de recursos al fisco nacional, es el único feudo infranqueable que le queda al ex presidente Uribe en este Gobierno.

Los intentos. Las embestidas que ha hecho el presidente Santos a través de sus dos ministros (Rodado y Cárdenas) para tomarse el control de esta importante compañía, aún no fructifican. En la era de Rodado se pretendió nombrar a Federico Rengifo como su Presidente Ejecutivo, intento que fracasó, pues recaló en Casa de Nariño.

Embajador. En vísperas de la última asamblea de Ecopetrol, se especuló con el nombre del actual embajador en Washington Gabriel Silva, hombre de toda la confianza del corazón presidencial y riñón de la Fundación Buen Gobierno, campaña que murió en el intento.

El debate. Ayer, en el seno de la Comisión Quinta del Senado intervino el inamovible Javier Genaro Gutiérrez Pemberty, quien goza del total respaldo de la actual Junta Directiva, comandada por el ex presidente de la Andi Fabio Echeverri Correa, quien lidera sus destinos hace diez años.

Maniatado. En pasada junta, el ministro Cárdenas expresó su descontento con algunos procesos de contratación que se adelantan en la compañía petrolera, lo que ha generado muchas suspicacias en el Congreso, pues hay más de un padre de la patria interesado en explorar en esos campos. La Casa de Nariño presiona cambios en Ecopetrol, pero el Ministro se siente maniatado, puesto que el uribismo ya echó raíces.

Roy Barreras. El senador Roy Barreras le envió a Hernán Peláez Restrepo, director de La Luciérnaga, una carta protestando por la parodia que hacen de él en ese programa, dos veces a la semana. Quienes leen la absurda epístola de Barreras encontrarán que parece escrita por Jairo Chaparro, el libretista del programa, quien también lo imita.

Argumentos. Para Gardeazabal, miembro del equipo periodístico, la carta es un pedido implícito de su cabeza. La parte final dice: “… Caprecom No tiene dueño, es de todos los colombianos. El director Botero No tiene jefe político, es un hombre independiente y obedece a su ministra como lo sabe todo el que le conoce y la presidencia del Senado no se decide a punta de puestos ni en Caprecom, ni en la Gobernación del Huila y en el sector minero, sino por la decisión libre y soberana de los senadores de la República que saben que lo que está en juego es la consolidación de la seguridad, la posibilidad de la paz, la descentralización eficaz de las regalías, la defensa de la Ley de Víctimas y restitución de tierras; es decir, la agenda de un Gobierno que quiere hacerlo bien y a la que mi partido, como partido de Gobierno, tiene la obligación y la decisión de ayudar”.