Luego de cinco años en que el gobierno de Nicolás Maduro ordenó cerrar la frontera del lado venezolano, hoy el comercio legal entre los dos países es casi nulo. De acuerdo con el presidente de la Cámara Colombo Venezolana, Darío Germán Umaña, el no paso de vehículos de carga con diversos productos por los puentes internacionales y la no activación de aduanas en la zona de frontera, fortalece la ilegalidad en ambos países.
Según el dirigente “en la zona de frontera se logra visualizar un comercio que llegó a su nivel más bajo, pero cuando se mira la realidad, se mueven US$2.000 millones en un año, de los cuales US$1.800 millones no se reflejan en las estadísticas”.
- En contexto: Venezuela, el gran reto externo pendiente de Duque
Este fenómeno se registra por los mecanismos ilegales, como el cruce de contrabando desde distintos productos, en un alto porcentaje por las diversas trochas que unen a ambas naciones por parte de colombianos y venezolanos.
En estos cinco años de cierre por parte del Gobierno venezolano, la entrada a ese país de ciudadanos colombianos se redujo considerablemente; sin embargo, en la frontera ya es común ver la cantidad de venezolanos que hacen cola en el puente fronterizo a la espera de poder entrar a su país.
Durante los últimos cinco años del cierre, el comercio y la situación social en las áreas de influencia, se volvió como los cientos de trochas que comunican a los dos países: un coctel donde la ilegalidad cubre el paso de toda clase de indocumentados, donde el contrabando campea hacia los dos lados, convirtiéndose en el caldo de cultivo que aprovechan para generar zozobra los actores violentos que conforman los grupos paramilitares y la guerrilla del Eln.
La migración
Con el cierre se produjo un incremento de lo que en la frontera se conoce como la “migración pendular”, en la que diariamente se contabilizó la circulación de casi 40.000 ciudadanos venezolanos y colombianos que viven a un lado u otro de la frontera.
Sin embargo, esta situación se agravó con la aparición de la pandemia del Covid-19. Ahora, según datos extraoficiales dan cuenta de un flujo diario por las trochas de no menos de tres mil personas cada día, con los graves efectos que esto produce en el aumento del contagio y el deterioro de la salud entre la población.
Por otra parte, el flujo de emigrantes venezolanos al país se disparó en el último año. Según cifras de Migración Colombia, hasta marzo se habían radicado más de 1 millón 825 mil venezolanos.
La economía
Asimismo, desde el punto de vista puramente económico, sobresale el profundo deterioro en las finanzas venezolanas, cuyo Producto Interno Bruto (PIB) total y percápita, cayeron durante estos años en un 58,2% y 55,8%, respectivamente, así como el comercio total (-61,1%), las importaciones (-75,3%) y las exportaciones (-49,7%), sumado a la reducción en las reservas internacionales (-59,5%) y el aumento en el endeudamiento externo.
Por otra parte, la evolución del comercio total binacional presentó una caída aún mayor para el mismo periodo (-82,2%), las importaciones desde Venezuela disminuyeron en -84,6%, las exportaciones de Colombia a ese país en (-81,5%) y las inversiones en la práctica se hicieron ínfimas hasta convertirse, inclusive, en negativas.
Desde un comercio binacional que llegó a tener US$11.000 millones en 2008, en los últimos años se desplomó. Según el DANE, a junio de este año la balanza comercial, que todavía está a favor de Colombia, es de US$71,6 millones.
En la frontera con La Guajira, el contrabando de gasolina venezolana hacia territorio colombiano, dio paso en plena pandemia, a los ‘trocheros’ que cobran hasta US$200 por el pase de ciudadanos venezolanos por las trochas o pasos ilegales.
- Le recomendamos: ‘Pimpineros’ ahora contrabandean gasolina... a Venezuela
Sin embargo, según otras fuentes, hoy el contrabando que está entrando a Venezuela desde Colombia es de gasolina. El vecino país pasó de tener la gasolina más barata del mundo a tener la más cara, con registros de hasta US$3 el litro. En moneda nacional, el precio subsidiado es de 5.000 Bs/L y equivale a US$0,2 centavos, mientras que el precio dolarizado se fijó en US$0,50 centavos el litro, es decir, 20 veces más.
Por otro lado, el secretario de Asuntos Fronterizos de Norte de Santander, Víctor Bautista, dijo que “el Gobierno colombiano y organismos internacionales desde el cierre de frontera han brindado refugio a un gran número de venezolanos, en materia de alimentación, salud, educación y capacitación laboral”.
El impacto
En los últimos cinco años, se han registrado varios cierres y aperturas de la zona de frontera, en donde la población migrante se ha visto obligada a utilizar las trochas, los pasos irregulares que comunican a Colombia con Venezuela.
En distintas regiones de Colombia, miles de venezolanos se quedaron sin empleo en medio de la pandemia y decidieron regresar a su país, pero las nuevas medidas del gobierno de Maduro solamente les permite ingresar durante tres días a la semana; mientras tanto, se registra aglomeración en plena zona de frontera en donde se reciben ayudas humanitarias por parte el Gobierno colombiano en el puente de Tienditas.
De otra parte, en Colombia se piensa controlar esta entrada de emigrantes. Por eso, la Cancillería colombiana presentó un proyecto de ley migratoria que tuvo como fuente el Conpes 3950, en donde se identificó la necesidad urgente de construir una ley de migración en el país.
El documento está conformando por 7 títulos y 80 artículos. La Cancillería sostiene que han laborado para que esta permita ser flexible y se adapte cuando las dinámicas migratorias cambien a futuro.
Ya la plenaria de la Comisión Segunda del Senado avaló la iniciativa en la que se compilan diferentes proyectos de ley para la política migratoria integral de Colombia, los cuales fueron presentados por la Cancillería y otros congresistas.
La canciller, Claudia Blum, dijo respecto a ese proyecto que la política debe incluir acciones para los connacionales en el exterior, los colombianos que retornan y los extranjeros que quieran vivir en el país.