TENIENDO EN cuenta un impacto suave del fenómeno del Niño para esta última parte del año, el sector agroindustrial del país espera revertir la caída que presentó en el primer semestre.
De acuerdo con las cifras y estadísticas del DANE, las ventas externas del sector agro, registró seis meses consecutivos a la baja donde para el mes de junio cerraron en US$ 3.985 millones, con un descenso de casi 22% frente a la variación anual con respecto al mismo mes del año 2022.
Jonathan Buitrago, managing consultant de Michael Page Agroindustria, dice que “interpretando las conversaciones con los empresarios, sus planes de inversión y optimismo frente al cierre del año para el sector, y también los estudios sectoriales de entidades financieras especializadas en el rubro, la proyección y el desafío del sector está en darle la vuelta a la tendencia negativa del primer semestre y tener un PIB agropecuario positivo con las variables de mercado ya identificadas de menor consumo y el cercano fenómeno de El Niño”.
Sin duda el sector agroindustrial se ha destacado por ser uno de los pilares de la economía colombiana. De acuerdo con la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria, para el 2022, 3,2 millones de personas en el país se encontraban empleadas en actividades laborales del sector y para febrero del 2023 la agroindustria ya había generado 135.000 empleos adicionales.
Trabajadores
En vista de la relevancia dentro de la economía nacional y la amplia cantidad de trabajadores que pertenecen al sector, resulta imprescindible analizar cuáles son las perspectivas laborales y del talento dentro de la agroindustria.
Según Buitrago, “en nuestro último estudio de remuneración nuestros clientes del sector agroindustria expresaron tener una rotación general cercana al 10% y el área donde hay más fuga de talento es producción y operaciones. Bajo este contexto es clave entender las expectativas y motivaciones individuales, esto con el objetivo de ofrecer planes alineados al desarrollo profesional y personal de los profesionales”.
Estos perfiles varían de acuerdo con cada subsector, según datos de Michael Page, a la fecha, la mayor cantidad de vacantes se registran en roles operativos, comerciales y de producción.
“Los perfiles más apetecidos por las empresas del sector agroindustria son escasos, además tienen poca visibilidad en redes sociales o plataformas profesionales digitales. Frente a las habilidades y competencias más demandadas por los empleadores recurrentemente nos encontramos con; planeación estratégica, manejo de grandes equipos, habilidades financieras y administrativas para la toma de decisiones, conocimiento técnico o de mercado que permita impulsar el desarrollo del negocio y, finalmente, dominio del idioma inglés” agregó Buitrago.
En cuanto al déficit de talento, la firma de reclutamiento afirmó que principalmente se da en segmentos de un nivel de especialidad alto o de pocos jugadores en esa actividad económica en particular, cómo es el caso de gerente de ventas para negocios de fertilizantes, investigación y desarrollo para insumos agrícolas o productos tipo exportación; también, gerentes de producción de un manejo de hectareaje superior a los 2.200 en caso de compañías con extensiones de cultivo importantes.
Las trabajadoras
Por otra parte, impulsar la participación productiva de las mujeres en el agro es fundamental para la reactivación económica y la equidad social. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), si las mujeres agricultoras contarán con los mismos recursos productivos que los hombres para participar de los sistemas alimentarios, el hambre que padece el mundo podría reducirse entre 100 y 150 millones de personas.
Cargill, es una de las empresas del sector que ha dado grandes pasos en esta dirección con las aperturas del negocio de proteína en Colombia: la Granja El Vínculo ubicada en el Valle del Cauca es liderada 80% por mujeres y 37% de su equipo de operaciones es femenino; por su parte, la Planta Incubadora Caribe en Mahates, Bolívar, cuenta con 50% de participación femenina en el total de su fuerza laboral, avanzando así hacia la meta global de Cargill de paridad en 2030. Esto se da en un sector en el que históricamente el liderazgo y la mano de obra en su mayoría ha sido realizada por hombres.