Utilizar combustibles sólidos -como la leña- para cocinar, genera afecciones como la enfermedad isquémica del corazón, accidentes cerebrovasculares, infecciones respiratorias agudas y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que representa la tercera mayor causa de muertes en Colombia.
“El humo de la leña que se concentra dentro de una habitación equivale a inhalar 400 cigarrillos cada hora. Esto es preocupante porque en Colombia tenemos más de 1,6 millones de familias que usan fogones de leña o carbón”, advirtió Alejandro Martínez Villegas, presidente de la Asociación Colombiana del GLP (GasNova), quien señaló la urgencia de procurar a estas familias, en su mayoría rurales (1,5 millones), el acceso a fuentes de energía limpias que no impacten su salud.
El dirigente del gremio del gas LP en Colombia, lanzó este llamado de atención en el marco del Día de las Mujeres Rurales, una fecha establecida por la ONU cada 15 de octubre, para reconocer en las mujeres campesinas su contribución al desarrollo rural y agrícola, la erradicación de la pobreza y la mejora en la seguridad alimentaria.
Las enfermedades anteriormente citadas afectan principalmente a las mujeres y a los niños que las acompañan, de acuerdo con un estudio entregado a finales de 2019 por la Corporación para la Energía y el Medio Ambiente (Corpoema), contratado por la UPME para medir el impacto del uso de la leña como fuente de cocina.
“Sustituir la leña por GLP tiene profundas implicaciones en la vida familiar de los campesinos: en salud, en el estilo de vida de las familias campesinas y tal vez, la más profunda, en la dignidad de la mujer rural. Para nadie es un secreto que la tarea de búsqueda y recolección de leña casi siempre es desempeñada por la mujer”, indica el documento.
“El GLP, que se distribuye comúnmente en cilindros y en algunas regiones del país por redes, es la opción más adecuada para cumplir este objetivo”, sostuvo Martínez y explicó que los hogares que consumen leña requieren subsidios para poder acceder al GLP.