Los principales inversionistas han puesto sus ojos en este metal precioso para resguardarse de los vaivenes de otros activos. Colombia apenas ocupa el puesto 65 entre los países con mayores reservas
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El oro superó la barrera simbólica de US$1.800, por debajo de la cual se había estado comerciando desde noviembre de 2011, en un entorno económico incierto favorable a este valor refugio. En el mercado de Londres, la onza de este metal precioso alcanzó los US$1.819 con un incremento de 0,5% al día anterior.
“Los inversores siguen comprando acciones pero parece que quieren cubrirse en caso de una corrección del mercado”, explica Carlo Alberto De Casa, analista de ActivTrades.
“El miércoles, la preocupación por el coronavirus y las tensiones geopolíticas pesaron sobre el apetito por el riesgo”, lo que beneficia al oro, un tradicional refugio en tiempos de incertidumbre, señaló por su parte Fiona Cincotta de City Index.
Para Colombia este es un buen anuncio, ya que a pesar de ser un productor activo, cuenta apenas con una reserva de 18,90 toneladas y ocupa el puesto 65 entre el top 100 de los países con mayores reservas, que es encabezado por EU con 8.133 toneladas. En América Latina, Colombia está por detrás de Venezuela, México, Perú, Bolivia y Argentina.
Mercados
En los últimos días, los analistas también han señalado el debilitamiento del dólar como un factor para la subida del oro.
Dado que este metal se cotiza en dólares, una moneda estadounidense más débil hace que el metal precioso sea menos costoso para los compradores que utilizan otras monedas.
Y en un entorno monetario en que los principales bancos centrales prometieron inyectar cantidades de liquidez sin precedentes en la economía en las últimas semanas, otros refugios seguros, como los bonos del Estado, se han vuelto menos rentables.
La semana pasada, el oro había rozado los US$1.800 por onza, pero no los superó. Su máximo histórico, de US$1.921,18 por onza, se alcanzó en septiembre de 2011.
El analista de IG, Diego Morín, argumenta que la incertidumbre renovada en los mercados está provocando “un gran movimiento de capital hacia el metal precioso”, y considera que “tiene vía libre” para alcanzar los US$1.900”.
Inversores
Asimismo, explica que los inversores han incrementado sus posiciones en el oro debido a las dudas que existen sobre la recuperación económica, aún más, ante los nuevos rebrotes del coronavirus que se registran en todo el mundo, pero sobre todo en EU.
El oro está cobrando cada vez más atractivo a medida que avanza el 2020. Las entradas de capital en fondos cotizados en bolsa (ETF) respaldados por el metal amarillo en lo que va de año han superado el récord anual alcanzado en 2009.
Los inversores han favorecido los refugios este año, conforme la pandemia de coronavirus hace estragos en las economías, lo que genera entradas continuas en ETF respaldados por oro a medida que los bancos centrales y los Gobiernos adoptan enormes programas de estímulo.
El presidente del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic, advirtió que el nuevo repunte de Covid-19 podría estar amenazando el ritmo de la recuperación de Estados Unidos.
“La respuesta masiva de los inversores al Covid-19 ha llevado las tenencias de ETF a niveles récord, y ese impacto ha superado la disminución de la demanda de joyas y absorbido los aumentos en el reciclaje”, dijo James Steel, analista jefe de metales preciosos de HSBC Securities (EU) Inc. Se esperan nuevas entradas “a medida que los inversores responden a unos riesgos elevados y a los bajos rendimientos”, dijo en un comentario.
Liquidez
No obstante, se espera que los precios del metal precioso y las participaciones amplíen las ganancias. Australia & New Zealand Banking Group, que pronostica un precio récord este semestre, dice que el mercado del oro tiene “condiciones casi perfectas“, incluidas tasas más bajas, liquidez amplia y un dólar más débil.
“La respuesta fiscal y monetaria casi sin precedentes en tiempos de paz al Covid-19 proporciona al oro dos factores alcistas sustanciales: liquidez y deuda”, dijo Steel, de HSBC. “Tasas de interés bajas, la relajación monetaria, incluida la expansión del balance y el fuerte gasto fiscal a nivel mundial en el futuro previsible, consolidarán y ampliarán la recuperación del oro”.
El oro, conocido también como ‘metal precioso’, es una inversión muy interesante para muchos ahorristas, quienes saben que su valor no se desplomará por una crisis económica o la variación en los mercados mundiales.
En la actualidad, la tensión constante entre Estados Unidos y China, sumada a los inconvenientes que trajo consigo la pandemia del coronavirus, alimentó la incertidumbre que reina en los mercados financieros internacionales, lo que benefició al oro, considerado como un “refugio de valor” por una gran cantidad de inversores.
Una de las cuestiones que impulsa los precios de este material es que es difícil de extraer, además de ser costoso, motivo por el cual no hay mucho en circulación.
El London Bullion Market, mercado mayorista de venta libre de lingotes de oro, establece su precio basándose en evaluaciones financieras y subastas.
Para sumarle más atractivo, el precio del oro cerró junio con una cotización de US$1.768,10 la onza en la Bolsa de Metales Preciosos de Londres (LBMA), incremento que ronda el 15% en comparación con mayo.
¿Comprar o no comprar?
Este metal sostiene su valor a largo plazo y es una buena inversión si se le compara -por ejemplo- con las monedas, las que están sujetas a la inflación. Sin embargo, como inversión a corto plazo, puede ser riesgosa.
“Los productos básicos son de naturaleza altamente cíclica (…), a largo plazo, las gráficas suben y bajan bruscamente, una y otra vez”, dice al respecto Jim Wyckoff, analista senior de Kitco Metals. Y agrega que “comprar oro que represente un pequeño porcentaje de nuestra cartera total es una buena idea”.
Es importante resaltar dos estudios sobre este metal. El del equipo de analistas de materias primas de Goldman Sachs, que proyectó que el oro podría alcanzar el nivel de los US$2.000 en los próximos meses, para superar de esta manera su récord histórico; y otro más conservador, emitido por el Bank of America, que pronostica que cerrará 2020 a US$1.700 por onza.