Teniendo como objetivo recaudar $12 billones, el Gobierno radicó en el Congreso su segunda reforma tributaria en menos de dos años.
Haciendo oídos sordos a las advertencias de gremios, analistas y congresistas, el presidente Gustavo Petro decidió adelantar una carta de impuestos cuando los contribuyentes apenas recobran su situación financiera tras la primera reforma de 2022 y en medio de un panorama crítico por el impacto de la inflación y las tasas de interés.
Entre los aspectos que tocará la reforma, hay algunos que no tienen discusión, como el impuesto del 19 % a las empresas dedicadas a los juegos de suerte y azar, así como la reducción gradual del impuesto de renta a las empresas, la introducción de tarifas marginales diferenciales y el aumento del impuesto al carbono.
De acuerdo con análisis de la ANIF y Fedesarrollo, entre los puntos negativos está la creación de un espacio adicional para inversiones verdes fuera de la regla fiscal y la introducción de nuevos beneficios y exenciones sectoriales que representan un retroceso en los esfuerzos por simplificar y hacer más equitativo el estatuto tributario.
Los riesgos
Pero, asimismo, los riesgos para el financiamiento del presupuesto persisten para el próximo año, con un faltante que, según los cálculos de Fedesarrollo, alcanza los $26,6 billones, los cuales deberían recortarse del actual monto de $523 billones, aunque el Gobierno señala que son $12 billones.
A juicio de los analistas, la ley de financiamiento propuesta no cumple con el propósito de financiar el faltante de $12 billones pues, en el mejor de los casos, generaría ingresos adicionales por $6,5 billones, para un faltante de $5,5 billones, como lo explica la ANIF.
La presidenta de la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia, María Claudia Lacouture, sostuvo a este diario que “la reforma tributaria presentada por el Gobierno en el día de hoy puede generar mayores cargas tributarias sin resolver el problema estructural del crecimiento económico. La reducción del impuesto a las empresas no se verá en el corto plazo, por lo que su impacto real en el crecimiento económico del país no es sustancial, mientras se carga aún más a la población con nuevos impuestos. Adicionalmente se fijan impuestos que afectan los ahorros y patrimonios no salariales”.
Una de las inconformidades con este esquema de reforma tributaria es que el Gobierno colombiano destinará en 2025 una cifra monumental de $106 billones para cubrir la nómina de 1,16 millones de empleados públicos. Este gasto se desglosa en varias áreas clave del sector público, siendo inflexible y obligatorio para los próximos años.
¿Y el gasto?
Precisamente, sobre este punto, al presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, le preocupa que el proyecto presentado por el Ministerio de Hacienda registra un incremento en los gastos de funcionamiento de 6,8 % para 2025 y, en contraste, un desplome en la inversión cercana al 17 %, justo cuando se requiere más formación de capital para dinamizar la golpeada economía.
El vocero de los comerciantes señaló que el país debe evaluar el alcance de una reforma de esta magnitud, en medio de un momento de desaceleración y estancamiento económico. “Este año el ritmo sigue siendo lento, con un 0,7 % en el primer trimestre y un 2,1 % en el segundo, que no se puede interpretar como un camino de reactivación, pues está mucho más explicado por el incremento de los gastos en burocracia y de la administración pública, cuyo crecimiento fue superior al 13 %”, anotó.
Por su parte, el exministro de Hacienda José Manuel Restrepo se manifestó al respecto y calificó de “inaceptable” la reforma tributaria por no tener ninguna vocación estructural (busca solo gastar más en 2025 y de allí en adelante el recaudo es muchísimo menor en casi el 90 %).
Un retroceso
Según él, “esto genera mucha más desconfianza e incertidumbre en el sector privado, porque parece una reforma tributaria hecha para hacer política de exceso de gasto público un año antes de elecciones (derroche focalizado) y que los colombianos pagarán mayoritariamente en 2026″. Pero, además, “nos hace retroceder como país”.
Entre tanto, el presidente de la ANDI, Bruce Mac Master, señaló que se radicó una reforma tributaria para aumentar el gasto público más de lo que soporta la economía. Señaló que “se vende la idea de que los impuestos a las empresas bajarán y suben las ganancias ocasionales incentivando la informalidad, y peor aún, se sube la tasa de impuesto mínimo (renta presuntiva) del 15 al 20 %. Aún si las empresas producen pérdidas, deben pagar esta tasa”.
Señaló que “la conversación que hay que dar seriamente no es la de una reforma tributaria totalmente inconveniente, la discusión es sobre el monto del gasto que podemos hacer como Nación hoy en día".
Regla fiscal
Añadió que “flexibilizar la regla fiscal no es más que aumentar el endeudamiento de un país que todos estamos de acuerdo está demasiado endeudado. Este es un problema que se devuelve rápidamente porque no solo tendremos que pagar esa deuda adicional, sino que los mercados, como ya está demostrado, nos van a cobrar mayores intereses a todos”.
A su turno, desde el sector político, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, afirmó que “lo responsable con los colombianos es que se discuta de cara al país esa reforma. Entregar un cheque en blanco por $12 billones, es un cheque que puede salir chimbo, porque si en vez de 12 aprobamos 6 u 8 billones, entonces tendremos que recortar $4 billones (al Presupuesto)”.
El senador recordó que el año pasado se entregó otro “cheque en blanco” de $15 billones para el Presupuesto de 2024 que se iban a recaudar en tribunales de arbitramento, pero al final no se lograron y ello derivó en un recorte de $20 billones a la billetera estatal.
Igualmente, el partido Centro Democrático manifestó su rechazo al nuevo proyecto de ley de financiamiento presentado por el Gobierno. Según un comunicado, la economía nacional no puede soportar más cargas impositivas, ya que estas afectarán diversos sectores clave, entre ellos el de los combustibles, impactando directamente el costo de vida de los colombianos.
RECUADRO
Principales aspectos de la reforma
1.- Impuesto al patrimonio: Pasaría de personas que tengan un patrimonio 72.000 UVT a 40.000 UVT ($1.882 millones para 2024).
2.- Ganancias ocasionales (ganancias de loterías, rifas, apuestas, ventas de apartamentos): impuesto de 25%.
3.- Impuesto de renta: aumenta la tarifa de renta para las personas naturales de mayores ingresos, es decir, las superiores a $1.459 millones.
4.- Incremento a la gasolina, diésel y combustible de avión; el impuesto nacional al carbono tendrá una tarifa adicional y esto impacta tanto a personas naturales como a empresas.
5.- Se endurecen las retenciones en la fuente: aplicará un solo mecanismo de retención.
6.- Incrementará el costo de los vehículos híbridos, que pagarán un IVA de 19 %.
7.- Baja impuesto corporativo. Disminuye del 35 % al 27 % según su tamaño y de forma gradual. Tal medida no aplica a los sectores de carbón y petróleo.
8.- Plataformas digitales de juegos de suerte y azar: Nivela en un IVA del 19 % todos los juegos de suerte y azar.
9.- Empresas de energía: El Gobierno les pagará la opción tarifaria para los estratos 1, 2 y 3.
10.- Se acaba el régimen simple de tributación.
11.- Aumenta la tasa mínima de tributación de renta para aquellos sectores en los que aplica del 15 % al 20 %.
12.- Propone adelantar el cumplimiento de la regla fiscal del 2026 al 2025 e incorporar la regla fiscal verde.