Minerales, de gran importancia por transición energética | El Nuevo Siglo
Flover Rodríguez-Portillo, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos del Petróleo.
Cortesía
Lunes, 11 de Julio de 2022
Redacción Economía

Cuando se habla de extractivismo casi siempre en Colombia se piensa en carbón, oro o algunas piedras preciosas. Sin embargo, existen ciertos materiales que por su necesidad estratégica adquieren una mayor relevancia, sobre todo en este momento en que el país incursiona en la transformación energética.

EL NUEVO SIGLO dialogó con Flover Rodríguez-Portillo, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos del Petróleo (Acggp), quien explicó cuáles son estos elementos y su importancia.

“Los minerales críticos, estratégicos o de interés estratégicos (como se nombran en diferentes países del mundo), en términos generales se definen como aquellos cuya explotación impacta significativamente el abastecimiento de la industria interna, el aporte a la economía nacional o inciden en la industria militar, y se constituyen en piezas clave de la visión estratégica de países o regiones”, explica el ejecutivo.

Sostiene, además, que “en Estados Unidos, el Comité de Minerales Críticos (CCM por sus siglas en inglés), que hace parte del Consejo Nacional de Investigación (National Research Council), define dos dimensiones para reconocer la criticidad de los minerales: la importancia de su uso, es decir, los minerales que son fundamentales sobre otros y su sustitución o reemplazo puede ser muy costoso o técnicamente difícil; su disponibilidad, que se evalúa teniendo en cuenta características geológicas, técnicas, ambientales, sociales, políticas y económicas. De la misma manera, la Comisión Europea define los minerales estratégicos o críticos como aquellos fundamentales para la economía, el crecimiento y el empleo en la Unión Europea, impactando directamente el mejoramiento de la calidad de vida y que están condicionados por un alto riesgo de suministro”.

Identificación

En el país este tipo de minerales son definidos por la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME): “La identificación y caracterización de los minerales considerados como estratégicos para Colombia debe hacerse de manera integral y conjunta con el análisis del mercado nacional e internacional de minerales y el conocimiento geológico de nuestro subsuelo, es decir la oferta potencial de minerales”, dice Rodríguez-Portillo.

Para el director de la Accgp, la tecnología es la base de estas necesidades: “Vemos cómo en el mundo los minerales estratégicos son importantes porque suplen la demanda de materiales que son fundamentales para la fabricación de tecnología, para los avances en transición energética y por ende el desarrollo de las sociedades, y cómo estos minerales se pueden hallar en un país o región determinada y el explotarlos genera una ganancia para gobierno, sociedad y privados”, afirma.

Necesidad mundial

Rodríguez explicó que en Argentina, por ejemplo, la demanda de minerales críticos está en aumento y se estima que se incrementará cerca de un 500% de cara a 2050 en el caso del litio, grafito y cobalto, mientras que la de cobre y aluminio aumentará aproximadamente un tercio para 2040, y la de níquel, dos tercios. Agregó que el escenario de transición energética que experimentan el planeta y nuestro país ha hecho que se aumente la demanda de minerales estratégicos para la construcción e implementación de tecnologías de generación de energía renovable.

En Colombia, la resolución 18102 del 30 de enero de 2012 estableció 11 minerales como estratégicos para el país, en virtud de su importancia para el desarrollo socioeconómico.

En 2019, el Ministerio de Minas y Energía, la Unidad de Planeación Minero-Energética, la Agencia Nacional de Minería y el Servicio Geológico Colombiano actualizaron el documento “Metodología para actualizar y seleccionar los minerales estratégicos en Colombia”, comprendiendo que la dinámica de los mercados internacionales y los nuevos requerimientos de minerales para la industria, la tecnología y la transición energética del país demanda su actualización estratégica.

En el 2021, y producto del impacto del covid-19 a nivel global, el Ministerio de Minas y Energía de la mano con la ANM y la UPM, considerando la potencial demanda e importancia a nivel mundial, y la necesidad de la industria nacional para la reactivación económica, declararon como estratégicos al oro, el platino, el cobre, el fosfato, el potasio, el magnesio, el carbón (metalúrgico y térmico), el uranio, el hierro y el coltán (niobio y tantalio).

Un informe de EITI (por sus siglas en inglés), la Iniciativa de Transparencia en la Industria Extractiva, reconoce que el sector de la minería es esencial en la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y pone de manifiesto cómo los paneles solares, las turbinas eólicas y los vehículos eléctricos dependen fundamentalmente de minerales como el cobalto, el cobre, el litio y el níquel, entre otros. De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía (EIA), podría ser preciso cuadruplicar el suministro de minerales destinados a las tecnologías de energías consideradas limpias en los próximos 20 años para limitar el calentamiento global por debajo de los 2 °C, con el propósito de intentar cumplir los compromisos del Acuerdo de París.

La historia de la civilización muestra cómo una gran cantidad de los recursos que se han utilizado como materia prima han provenido de la biomasa, como los alimentos, la madera, las pieles, entre muchos otros, además de minerales metálicos. Con la Revolución Industrial, llamada así porque la producción de bienes cambió de manera radical en el mundo, pasando de economías basadas en el sector primario a una nueva forma de fabricar que se denominó la industria, la diversidad de materias primas se amplió de forma considerable, agregando los combustibles fósiles, carbón, petróleo y gas natural, y aumentando de manera impresionante el consumo de materiales para la construcción, entre otros.

Tendencia de materias primas

Las materias primas son un elemento significativo en la estructura de costos de muchas tecnologías requeridas en la transición energética. En el caso de las baterías de iones de litio, el aprendizaje tecnológico y las economías de escala han reducido los costos generales en un 90% durante la última década. Sin embargo, esto también implica que los costos de las materias primas ahora son mayores y representan entre el 50% y el 70% de los costos totales de las baterías, frente al 40-50% de hace cinco años.

Por lo tanto, los precios más altos de los minerales podrían tener un efecto significativo: una duplicación de los precios del litio o el níquel induciría un aumento del 6% en los costos de las baterías. Se debe prestar especial atención a que cualquier fuente de energía renovable requiere de un soporte de confiabilidad, que hoy está siendo proporcionado por el gas, para mantener la constancia del suministro de energía eléctrica. Así mismo, el aumento en la demanda de paneles solares, por ejemplo, por países de bajas emisiones que los importan, puede tener un impacto en el aumento del uso de fuentes no renovables como el gas; por esto las políticas energéticas deben considerar las particularidades de implementar cualquier decisión que contemplen.

La crisis desatada por la invasión rusa a Ucrania desafortunadamente hizo más evidente la necesidad de contar con recursos minero energéticos en cada país, ya que el control de Rusia sobre el gas que se proporciona a la región europea parece indicar que aquellos países que tienen dominio sobre la energía pueden controlar territorios enteros. Nuestro país tiene una necesidad por atender, y es la de profesionalizar sus territorios con conocimiento geológico, ingenieril, ambiental, entre otros, que permitan conocer en detalle las particularidades de cada región y planear y ejecutar estrategias que aporten a su desarrollo sostenible.