La poca demanda de productos y bienes que se viene reflejando en todo el país será el principal factor para que la inflación de este año llegue a niveles cercanos al 1,8%.
Estas son las previsiones de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), al señalar que gran parte de este comportamiento se debe también a que ya en septiembre finalizaron los subsidios para los hogares como el de los servicios.
Este hecho ya recibió el impacto de dicho periodo cuando se presentó un incremento de la inflación anual a 1,97% frente al 1,88% de agosto, con lo cual se observó un cambio en la tendencia bajista de la inflación que se había registrado en los últimos meses.
Sin embargo, la inflación todavía se mantiene por debajo del rango-meta de largo plazo del Banco de la República (2%-4%), con varios ligeros cambios.
La entidad de investigación prevé que no habrá mayores presiones al alza en la inflación en lo que resta del año, dado que la demanda agregada seguirá débil y el efecto de la finalización de subsidios o alivios del IVA en algunos de los bienes de la canasta básica ya habría ocurrido entre agosto y septiembre.
“Por esa razón, estimamos que la inflación cerrará en niveles de 1,8% en 2020 (frente al 3,8% en 2019). Eso es consistente con una inflación subyacente de 1,4% (contra el 3,5%) y de alimentos de 4,1%. Para 2021, bajo un escenario de recuperación económica, con crecimientos del PIB cercanos a 4,2%, esperamos que la inflación se ubique nuevamente cerca del punto medio del rango meta al finalizar el año con 2,9%.
Intereses
Ante estos hechos, la entidad considera que no habrá recortes adicionales en la tasa de intervención del Banco de la República en lo que resta del año, de manera que estará cerrando en sus niveles actuales de 1,75% en 2020 (acumulando recortes por 250 puntos básicos en lo corrido del año).
De esa manera, el Emisor habría completado su impulso monetario contracíclico, el cual se adecúa acertadamente con medidas de suministro de liquidez y apoyo a la provisión de crédito para hogares y firmas. Esto implica que la tasa de intervención real se ubicaría en valores entre -0,1% y 0,3% al finalizar este año (dependiendo de los valores inflacionarios que se usen como referencia).
De otro lado si se tiene en cuenta el último resultado explicado por el DANE de inflación, en septiembre de este año, se reversó la tendencia a la baja que había mostrado en los últimos meses, al ubicarse en 1,97% anual. Ese sorpresivo repunte se explica más por el efecto de la finalización de los subsidios y alivios que se habían implementado para hacer frente a la pandemia y no tanto por el resultado de las mayores presiones al alza que estaría generando una reactivación de la demanda agregada.
Comportamiento
En efecto, si bien, los resultados de la actividad económica y el mercado laboral muestran claras trayectorias de recuperación, aún nos encontramos en valores muy negativos frente al promedio histórico. Nuestros análisis sugieren una caída del PIB de 5,8% para todo 2020 y una tasa de desempleo promedio a nivel nacional en el rango 16,5% y 17,5%.
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Explica ANIF que para 2021, bajo un escenario de recuperación de la economía, con un mayor dinamismo de la demanda agregada y crecimientos del PIB de 4,2%, “estimamos que la inflación logre ubicarse nuevamente cerca al punto medio del rango meta (2,9%). Esto dependerá de varios factores, entre ellos el reinicio de las actividades productivas del país y la coordinación entre las autoridades nacionales y territoriales, la agilización de programas de inversión que permitan apalancar mayores niveles de crecimiento y de generación de empleo, como aquellos relacionados con la construcción y la infraestructura; y la implementación de las reformas estructurales que requiere Colombia, sobre todo en los frentes fiscales y laborales, para lograr mayores ganancias en productividad y competitividad, lo que facilitaría la recuperación del potencial de crecimiento de la economía”.