Colombia está a un paso de ser admitida en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), o como le dicen algunos el ‘Club de las Buenas Prácticas’, una adhesión en la que el país ha venido trabajando desde hace más de cuatro años.
El jefe de América Latina y el Caribe del Centro de Desarrollo de la OCDE, Sebastián Nieto, le explicó a este Diario en qué va bien el país y en qué debe mejorar.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué implica que Colombia sea un país con pleno derecho en la OCDE?
SEBASTIÁN NIETO: Colombia ha estado trabajando de forma ligada con la OCDE y luego del visto bueno de la Corte frente a inmunidades y privilegios, una vez sea miembro de la organización el país participará en todos los comités y estará a la par de otros países en la discusión de diferentes temas de política pública.
Aquí cubrimos todos los ámbitos: educación, salud, temas de medio ambiente, temas fiscales, de gobernanza pública, de estadística y eso nos permite saber qué políticas están haciendo otros países, aprender y adaptarlas a nuestro contexto. También una labor importante de Colombia como futuro miembro de la OCDE será compartir experiencias. Hay experiencias en las que Colombia puede aportar mucho.
ENS: ¿La OCDE permitirá a Colombia tomar sus propias decisiones o es una camisa de fuerza?
SN: No, nuestro trabajo es contribuir a las reformas de los países para generar un mayor bienestar y una mejor vida de todos los ciudadanos que habitan este país.
ENS: ¿Qué quiere decir una ley de inmunidades y privilegios?
SN: Falta de la Corte la aprobación de este documento, que es un paso adicional para la membrecía completa y es algo que la OCDE tiene en su mandato. Estamos esperando esa decisión.
ENS: ¿Inmunidades y privilegios para quién?
SNP: Para la organización básicamente.
Crecimiento sostenido
ENS: ¿Colombia cumplió o no con las expectativas de la OCDE?
SN: En este momento lo que estamos haciendo en Colombia es medir el bienestar más allá del PIB y eso es algo muy importante para nosotros. Queremos ir más allá de lo que entendemos por ingreso.
Colombia es un país que ha venido creciendo a un ritmo sostenible y esto nos permite que veamos, desde un aspecto multidimensional, nuevos retos que aparecen. Para ello se necesitan resolver algunas trampas importantes. Salir de círculos viciosos a círculos virtuosos, cosa que Colombia está haciendo con nuevas capacidades generadas gracias al Plan Nacional de Desarrollo; temas de productividad, inclusión social, institucionalidad y medio ambiente. Bajo esos cuatro pilares de los que hay que salir de círculos viciosos que afectan esas áreas específicas y desplazarnos a círculos virtuosos que es lo que necesita el país en este momento.
ENS: Una de las recomendaciones se hizo en materia de productividad laboral, ¿qué está haciendo mal Colombia al respecto y qué tiene que hacer para mejorar?
SN: La productividad de Colombia ha venido disminuyendo con respecto a la productividad laboral de la Unión Europea. Estamos hablando que en los años 50 la productividad laboral era menos importante y estamos hablando de una brecha cercana al 40% con lo cual necesitamos nuevos motores de desarrollo, para lo cual se necesita mejor gasto para investigación y desarrollo, mejores políticas de investigación y también un marco comprensivo de desarrollo a nivel territorial, donde las regiones crezcan más y mejor en esa materia.
ENS: ¿Cómo puede Colombia aprovechar realmente esta membrecía?
SN: Trabajar con nosotros. Esta es una organización donde se discuten buenas prácticas de política pública en diferentes ámbitos. Todos menos en defensa. Estamos trabajando en conocer estas experiencias y cómo se adaptan al país.
ENS: ¿Qué ejemplos exitosos tiene la OCDE en el mundo?
SN: De América Latina dos de nuestros miembros son Chile y México, pero un punto fundamental que estamos discutiendo hoy en día son las nuevas métricas para el bienestar y cómo se utilizan en una política pública. Todo esto tiene que ver con lo que hace Nueva Zelanda. Ellos son un ejemplo a seguir. Y hay que saberlo adaptar al contexto colombiano, donde lo que se ha visto es una medición del bienestar que permite saber cuáles son las condiciones del ciudadano y todo objetivo de política pública vinculado al bienestar desde el marco fiscal hasta los planes de desarrollo. Así que ese es nuestro ejemplo a seguir en ese punto.
Mejor percepción
ENS: Se supone que la OCDE es el club de las buenas prácticas, ¿cómo explicar que Colombia esté ad portas de entrar cuando uno de los grandes problemas del país es la corrupción?
SN: El tema fundamental es la percepción frente a los indicadores duros. Colombia ha hecho un esfuerzo enorme en mejorar su gobernanza pública. Ha mejorado el proceso de incorporar al sector privado las compras públicas. Pero ahora lo que debe mejorar son las percepciones. Ahí es donde no sale bien librado. Y es, definitivamente, la desconexión entre los datos duros y las percepciones donde tenemos que ver la forma para cumplir con el contrato social en Colombia y salimos de la trampa institucional. Esto se logra ofreciendo mejores servicios públicos, generando mayor confianza en el Estado y para eso hay diferentes instrumentos como la transformación digital.
Debemos aprovechar el mundo digital para generar estados más creíbles, más cercanos al ciudadano en materia de servicios públicos y estados más innovadores de los empleos futuros que se necesitan. Eso es lo que genera mayor confianza en el estado y finalmente podemos lograr mejor bienestar en el país.
ENS: Un índice en el que Colombia está atrasado es el de igualdad, ¿cuáles son las recomendaciones de la OCDE en esa materia?
SN: La desigualdad es alta en Colombia y América Latina. Para superar esta situación se necesitan diferentes tipos de políticas públicas, la promoción de empleos formales que tienen que ver con el desarrollo productivo; generar un sistema fiscal más productivo y en pro del emprendimiento.
Algo que tenemos en América Latina es que la reducción de las desigualdades, una vez interviene el Estado con impuestos y transferencias, es de solo de tres puntos porcentuales, mientras que en otros países de la OCDE estamos hablando de 16 puntos porcentuales, en particular de los países de la Unión Europea. Ahí hay un margen de acción para crear sistemas más progresivos que generen mayores reducciones de la desigualdad.