FIDA pide cambio radical en los sistemas alimentarios mundiales | El Nuevo Siglo
EL SUMINISTRO de alimentos de calidad deben contribuir a una dieta saludable para la población./ENS
Contexto ganadero
Miércoles, 22 de Septiembre de 2021
Redacción Economía

Transformar los sistemas alimentarios mundiales para que sean más inclusivos, justos y sostenibles puede parecer un reto insuperable, pero hay medidas concretas que los responsables de la formulación de políticas pueden adoptar. Así se desprende de un informe del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas.

Jyotsna Puri, vicepresidenta Adjunta del Departamento de Estrategia y Conocimientos del FIDA, quien dirige la elaboración del Informe sobre el desarrollo rural, dijo que “vivimos en un mundo de flagrantes e injustas contradicciones. Vemos altos índices de obesidad, mientras 800 millones de personas pasan hambre. Los alimentos nutritivos son caros, pero muchos pequeños agricultores son pobres. Las prácticas actuales de cultivo de alimentos no son buenas para nuestro medio ambiente. Está claro que necesitamos una revolución: una revolución tan radical que las versiones anteriores de los sistemas alimentarios sean irreconocibles”.

La directiva considera que la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios será un momento decisivo para comprometerse a un verdadero cambio, que podrá apoyarse en las recomendaciones a los Gobiernos sobre las medidas concretas que pueden adoptarse.

El informe, que lleva por título 'Transformar los sistemas alimentarios para fomentar la prosperidad rural', subraya la importancia de centrar las inversiones y los cambios de políticas en las cadenas de valor alimentarias rurales, para que todas las personas puedan acceder a suficientes alimentos nutritivos de una manera que no dañe el medio ambiente, y para que los productores de alimentos puedan obtener unos ingresos dignos.

Trabajadores

La mayoría de los habitantes de las zonas rurales obtienen sus ingresos trabajando en la agricultura en pequeña escala, que representa una fuente vital de alimentos a nivel nacional y mundial. De hecho, en las explotaciones de hasta 2 hectáreas se produce el 31% de los alimentos del mundo en menos del 11% de las tierras agrícolas.

Entre las principales recomendaciones del informe están las de invertir más en las explotaciones rurales y en las pymes locales que respaldan las actividades fuera de la explotación agrícola, como el almacenamiento, el procesamiento, la comercialización y la distribución de alimentos.


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Asimismo, centrar la atención en el sentido de apropiación y el empleo a nivel local generará mayores oportunidades de trabajo, especialmente para las mujeres y los jóvenes, al tiempo que dará a los pequeños agricultores acceso a mercados nuevos y más diversos.

Indica el informe que se debe dar acceso a innovaciones (como las soluciones basadas en la naturaleza y la agroecología) y tecnologías digitales asequibles para impulsar la producción de los pequeños agricultores rurales para que sean resilientes al clima, utilizando técnicas sostenibles y con bajas emisiones de carbono.

Precios

En este mismo sentido los países deben desarrollar y centrarse en sistemas de fijación de precios que reflejen el costo total y real de la producción, que incluya pagos a los agricultores por los servicios ecosistémicos, como el mantenimiento de la salud de los suelos y la regulación de las plagas.

Como estrategia fundamental se recomienda promover alimentos nutritivos que sean accesibles y asequibles. Actualmente, al menos 3 000 millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable. Para que eso cambie es necesario fomentar la educación nutricional, empoderar a las mujeres para que tomen decisiones en materia de nutrición y reforzar las políticas públicas para regular y orientar las opciones de mercado. Los Gobiernos pueden utilizar instrumentos de mercado, medidas de sostenimiento de la renta y las compras públicas para fomentar los alimentos nutritivos.

 Asimismo, piden a los gobiernos comprometerse a reequilibrar el comercio mundial y la gobernanza para corregir los desequilibrios de poder. La actual concentración de poder en los sistemas alimentarios exige un replanteamiento de las regulaciones y los acuerdos comerciales que permita que la población rural de los países en desarrollo pueda beneficiarse. Los mercados de alimentos deben ser accesibles para la población rural, y en condiciones justas. Deben crearse incentivos para recompensar las prácticas basadas en la naturaleza y las dietas locales y saludables.