Gracias a la reactivación de la economía que se presentó desde el segundo mes del año, el Producto Interno Bruto creció 7,3% entre febrero y abril. Así lo señala el índice NowCast Bancolombia. Esta cifra representa un marcado repunte en relación con los registros de los dos trimestres móviles previos (-3,4% y -1%, respectivamente).
Este buen resultado, de acuerdo a los analistas privados, “implica que el efecto de una baja base de comparación, debido a la fuerte contracción que tuvo lugar hace un año, está ejerciendo una influencia cada vez más notoria en los cambios interanuales. Vale la pena recordar que en abril de 2020 el Índice de Seguimiento a la Economía del DANE presentó una contracción anual de 21,7%, la caída más pronunciada de la historia.
Desempeño sectorial
De acuerdo a este informe, los resultados sectoriales muestran que las variaciones anuales de la mayor parte de actividades productivas se siguen acelerando.
En particular, se destacan los resultados del mes pasado de la construcción y la industria, los cuales están exhibiendo en estos momentos los mejores registros de la pandemia.
Por el contrario, la agricultura continúa con la tendencia de ralentización que la ha caracterizado en los últimos meses. No obstante, sus registros de crecimiento continúan siendo positivos.
En lo que va del presente año, los sectores que mejor dinámica han mostrado son la energía, las comunicaciones y la administración pública.
Asimismo, el análisis indica que las estimaciones de actividad económica en periodicidad diaria, sugieren que la tercera ola de contagios por covid-19 y las manifestaciones que se han realizado en diferentes partes del país durante los últimos días frenaron la aceleración que se observó en febrero y marzo.
En este mismo sentido y cuando se aprecia el rumbo que ha tenido la economía desde la contracción del inicio de la pandemia, el cambio anual de la actividad productiva ganó velocidad de forma significativa, hasta llegar a sus niveles máximos desde el inicio de la pandemia a mediados de abril.
Consideran los expertos que “desde ese punto, y pese a que el efecto base sigue ejerciendo una gran influencia en las variaciones anuales, estas han perdido fuerza como resultado de la evolución de la pandemia y el descontento social. Esto configura un riesgo bajista a nuestra proyección central de crecimiento económico para el segundo trimestre, que es de 18,5%”.
Impactos
Consideran los investigadores que de todos modos al apreciar que la actividad económica ajustada estacionalmente, corrobora que los eventos de las últimas semanas han impactado el desempeño productivo. También revela que el efecto base que está vigente en estos momentos hace necesario interpretar las cifras con cautela.
“Por una parte, para el mes puntual de abril estimamos una variación anual corregida estacionalmente de 20,8%, la más alta que se ha registrado desde la llegada de la covid-19 al país. Con ello, en lo corrido del año la variación promedio del PIB llega a 5,1%”, sostiene los economistas.
Señalan que “por otro lado, si consideramos el ritmo de actividad relativo a sus niveles previos a la pandemia (tomando diciembre de 2019 como base), vemos que el mes pasado la economía retrocedió de forma apreciable. De hecho, la lectura más reciente de este indicador es la menor desde septiembre de 2020”.
A pesar de todas estas situaciones, el informe resalta que “la economía ha mostrado un mejor comportamiento al esperado en los últimos meses, incluso en medio de las fuertes restricciones a la movilidad en enero de este año, lo que impone un sesgo al alza sobre nuestra estimación de crecimiento del PIB de 4.8% para 2021. No obstante, el lento programa de vacunación y la álgida discusión en torno a la reforma tributaria mantienen la incertidumbre en niveles elevados”.