Empresario | Crisis podría agravarse: Diego Garzón | El Nuevo Siglo
Diego Garzón
Cortesía
Viernes, 11 de Septiembre de 2020
Por Diego Garzón*

Creo profundamente que, al respecto de la crisis empresarial generada por la pandemia, hasta ahora solo hemos visto la “punta del iceberg”. Me atrevo a pronosticar que la cantidad de empresas que en los siguientes 6 a 18 meses van a entrar en procesos de reorganización o de insolvencia, no serán por cientos, serán por miles.

También considero que los diferentes jugadores claves de la economía como el Gobierno, la DIAN, los mismos gremios entre otros, han subestimado el impacto real de esta situación y por ende, no se han dimensionado de manera sensata las inmensas necesidades de apoyo que va a requerir nuestro ecosistema empresarial para volver, siquiera, a los niveles de resultados vistos hasta febrero del 2020.

Lo anterior, unido al recuerdo que se viene a mi mente, de una de las más famosas y célebres frases de Bernard Shaw: “El progreso es imposible sin el cambio, y aquellos que no pueden cambiar sus mentes no pueden cambiar nada”, me lleva al siguiente punto el cual quiero explicarlo con una metáfora. Cuando uno en la vida tiene un problema, es muy grave que su “entorno” no comprenda la dimensión del mismo. La situación más compleja es cuando luego de ganarle la batalla al ego y “aceptar” que se tiene un problema, realmente no se hace mucho o por decirlo más elegante, no se hace lo suficiente por resolverlo.

Y con mucha preocupación, pero sobretodo con respeto, debo decir que mi entendimiento del “hoy” me lleva a confirmar que esto es lo que están sufriendo muchos empresarios del país. Ya pasamos un tiempo suficiente para comprender en dónde estaremos en los siguientes meses y años, ya hemos gastado mucho tiempo en “comités de crisis”, ya es momento de saltar a una conversación diferente o complementaria a los “problemas de caja”, es ahora el momento de entender que la vida pasada de nuestras empresas nunca volverá y debemos ahora enfocarnos en los comités creativos buscando la “recuperación” poniendo la mirada en dos a tres años hacia adelante, es momento de la acción…, pero de la acción enfocada a un cambio. ¿Y cuál es el motor de esta acción?

Debe venir directamente del líder de la empresa. Si no viene de allí, no habrá ninguna mutación y la crisis terminará con los sueños, pero también con las realidades. Más del 70% de nuestras empresas son familiares y el liderazgo en muchas de ellas, aún, es de tipo “patriarcal” y es allí donde invito a iniciar el cambio. Muchos líderes empresariales ya lo han hecho, con mucha valentía, pero muchos aún no.

Si queremos cambiar las realidades externas a nuestra empresa, debemos primero cambiar nuestro interior, empezando por lo que en términos muy de moda en los negocios se llama el “Mindset” del líder que lleva las riendas de la misma. Eso no es otra cosa que pensar diferente.