La promoción de la diversidad y la inclusión en el ambiente empresarial no es solo una actitud ética que deben tomar los líderes, sino que también contribuye a un desempeño más productivo para toda la empresa. Además de los aspectos positivos vinculados a la lucha por la evolución social que se destacan con frecuencia en una organización inclusiva, la adopción de la diversidad también hace que el proceso de innovación sea más eficiente.
Fernanda Pinchetti, directora de recursos humanos del Grupo Worldline para América, indica en un análisis que la investigación de mercado señala que las empresas que optan por valorar las diferencias son las que tienen más igualdad y mejores resultados, así como una mayor perspectiva de éxito a largo plazo. La encuesta también revela que las oportunidades para que estas corporaciones ingresen a un nuevo mercado se expanden en un 70%, mientras que tienen un 45% más de probabilidades de aumentar su participación en el segmento en el que ya operan.
Así, la diversidad en el ámbito laboral se configura tanto como un instrumento basado en la ética, como parte fundamental para la supervivencia y mantenimiento de la relevancia de las empresas en un mercado cada vez más competitivo.
Indica la experta que esto se debe a que, al considerar la pluralidad inherente a cada individuo, hemos adoptado formas de promover variedad de perspectivas sobre las relaciones con los clientes, nuevas tecnologías y formas de trabajar, además de permitir más procesos de brainstorming (lluvia de ideas) que, en consecuencia, aprovechan la creación de valiosas soluciones comerciales. En otras palabras, la paridad impulsa el rendimiento.
La clave es transformar la cultura organizacional. En la medida que evolucionamos dinámicas de prácticas empresariales orientadas a la responsabilidad social, en términos de políticas y acciones afirmativas a favor de la diversidad, nos encontramos ante un entorno más positivo, horizontal y creativo.