El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos se desaceleró fuertemente en el tercer trimestre respecto al mismo período de 2020, con un aumento de apenas 2%, debido a una moderación del consumo, informó el gobierno.
El PIB se vio lastrado por la propagación de la variante delta del coronavirus y la reimposición de restricciones, así como por problemas de suministro global, marcando una fuerte desaceleración desde la tasa anual de 6,7% del trimestre anterior.
En comparación con el segundo trimestre, el PIB subió 0,5%, según el informe.
El impacto más notable se debió al colapso de más de 26% en las compras de productos manufacturados de alto precio en el período julio-septiembre, dijo el Departamento de Comercio.
Esa caída se vio compensada en parte por un aumento de 7,9% en los gastos en servicios, que, no obstante, fue más lento que el alza registrada en el trimestre previo, según los datos.
El informe oficial afirma que "el resurgimiento de los casos de covid-19 resultaron en nuevas restricciones y retrasos en la reapertura de establecimientos en algunas partes del país".
Además, "disminuyó la asistencia del gobierno en forma de préstamos a empresas, subvenciones a los gobiernos estatales y locales y beneficios sociales a los hogares".
Pero la buena noticia es que la inflación, medida por el índice de precios de gastos de consumo personal (PCE), retrocedió en el período julio-septiembre al registrar un aumento de 5,3% con respecto al mismo período de 2020, contra 6,5% del segundo trimestre.
Si se excluyen los volátiles precios de los alimentos y la energía, que se dispararon en medio de una creciente demanda y cuellos de botella de la oferta, el PCE cayó al 4,5%.
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El desempleo
De otro lado, los pedidos semanales de prestaciones por desempleo en Estados Unidos cayeron a un nuevo mínimo desde el comienzo de la pandemia, según datos divulgados el jueves por el Departamento de Trabajo.
En la semana que finalizó el 23 de octubre, 281.000 personas se registraron para recibir los beneficios por desempleo, 10.000 menos que la semana previa, indicó la cartera. Los analistas pronosticaban 291.000 nuevas inscripciones.
Las nuevas solicitudes de beneficios por desempleo cayeron por debajo de la marca de 300.000 a principios de octubre por primera vez desde marzo de 2020 y el estallido de la pandemia de coronavirus.
Estos indicadores se suman a los que el Gobierno dio a conocer sobre el déficit fiscal que se redujo en 2021, luego de alcanzar un récord en 2020 a causa de la pandemia, y se ubicó en US$2,772 billones gracias a una recaudación tributaria mejorada.
Déficit fiscal
La cifra representa US$360.000 millones menos que el año fiscal anterior, y equivale a 12,4% del PIB frente a 15% del PIB en 2020.
La cifra mejora las expectativas, pues las predicciones iniciales apuntaban a US$3,669 billones.
La reactivación de la economía permitió al país recoger US$600.000 millones adicionales en ingresos fiscales -en particular impuestos a la renta- durante el ejercicio fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre.
Entre el primero de octubre de 2020 y el 30 de septiembre de 2021, unos US$4 billones ingresaron al fisco estadounidense, equivalentes a 18,1% del PIB, frente a 16,3% en 2020.
"El aumento de la recaudación en 2021 puede atribuirse en gran parte al alza de ingresos de los particulares y las empresas", destacó el Tesoro en un comunicado.
Los gastos en tanto, fueron de US$6,8 billones (30,5% del PIB), US$266.000 millones más que en el ejercicio fiscal anterior. El año pasado los gastos fueron equivalentes a 31,3% del PIB.
En 2020, la crisis provocada por el coronavirus disparó el déficit de las cuentas públicas federales a un nivel jamás visto, de US$3,1 billones.
Este número incluso duplicaba el récord anterior, registrado en 2009, cuando, en plena recesión por la crisis inmobiliaria, el rojo había alcanzado US$1,4 billones.