El impacto súbito y generalizado de la pandemia del coronavirus y las medidas de suspensión de las actividades que se adoptaron para contenerla, han ocasionado una drástica contracción de la economía mundial, que, según las previsiones del Banco Mundial, se reducirá un 5,2% este año.
Este hecho supone una de las peores crisis económicas para el mundo, tanto de las grandes potencias como de los países emergentes, así como para los más pobres.
De acuerdo con el informe Perspectivas Económicas Mundiales del Banco Mundial, sería la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, y la primera vez desde 1870 en que tantas economías experimentarían una disminución del producto per cápita.
A raíz de las graves distorsiones a la oferta y la demanda internas, el comercio y las finanzas, se prevé que la actividad de las economías avanzadas se contraerá un 7% en 2020. Se espera que los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED) se contraigan un 2,5% este año, su primera contracción como grupo en al menos 60 años. La disminución prevista en los ingresos per cápita, de un 3,6 %, empujará a millones de personas a la pobreza extrema este año.
Los efectos están siendo particularmente profundos en los países más afectados por la pandemia y en aquellos que dependen en gran medida del comercio internacional, el turismo, las exportaciones de productos básicos y el financiamiento externo. Si bien la magnitud de las perturbaciones variará en función de la región, todos los MEED acusan vulnerabilidades que se ven agravadas por las crisis externas. Asimismo, la suspensión de las clases y las dificultades de acceso a los servicios primarios de atención de salud probablemente tengan repercusiones a largo plazo sobre el desarrollo del capital humano.
Crisis del petróleo
Todo lo que sube, tiene que bajar. Los precios internacionales del petróleo, que llegaron a estar prácticamente en US$150 por barril en 2008, se derrumbaron a menos de 20 dólares en enero de 2016, sacudiendo los sistemas financieros y económicos de prácticamente todas las economías, pero de manera especial aquellas productoras y exportadoras de crudo, entre ellas México.
En el medio de este panorama, para el mundo y sobre todo para las economías que dependían del petróleo, Venezuela se convirtió en el eje que cambió el escenario. Ese país tocó fondo como consecuencia de un gobierno socialista que fracasó, producto del desplome de los precios de crudo. La economía de Venezuela depende principalmente del petróleo. La salud financiera del país se encontraba en excelente condición cuando el precio del barril del crudo era de US$100, entre 2013 y 2014. Sin embargo todo se desplomó con un crudo a US$20.
Ahora la inflación acumulada en este país es de 5.515% y la crisis ha provocado que millones de sus habitantes dejen su hogar. Se estima que alrededor de 20% de los venezolanos han migrado por la situación, afectando a otras naciones como Colombia, Perú, Ecuador y a la mayoría de Latinoamérica.
La guerra comercial
Muchos dicen que en realidad el mundo vive hoy una guerra global, solo que en esta guerra no se dispara una sola bala; las principales armas son los aranceles. Vivimos la era de las guerras comerciales. Por el momento son dos las superpotencias enfrentadas directamente, China y Estados Unidos, pero dada su influencia en todo el mundo, los efectos son globales.
La guerra comercial entre ambas naciones tiene costos incalculables, sin que hasta el momento haya vencedores ni vencidos y sí múltiples daños. Es el capítulo con el que se cierra la segunda década del siglo. Falta mucha historia por escribirse.
Con un crecimiento vertiginoso, China se convirtió en la segunda economía del mundo en 2010, adelantando a Japón y solo por detrás de Estados Unidos.
A mitad de la década, China reclamó su posición en el sector tecnológico, trabajando hasta convertirse en un líder mundial en robótica, tecnología de la información y energías renovables.
El país asiático ha tratado de cambiar de rumbo: ya no está satisfecho nada más con albergar fábricas para producir los bienes de consumo.
Estados Unidos quizás siente que China podría disputarle la supremacía. Y bajo la presidencia de Donald Trump, estalló esa preocupación.
El líder republicano comenzó una guerra comercial con China, basada en la acusación de un robo desenfrenado de propiedad intelectual. El mandatario ha impuesto fuertes aranceles sobre los productos chinos, pero Beijing no se amilanó. Y aunque los dos países firmen un acuerdo comercial de "fase uno" en los últimos días de esta década, esta lucha seguramente definirá los próximos 10 años. Pero en el medio quedaron muchos países afectados por la intransigencia de las dos partes.
El Brexit
La decisión de hace tres años y medio mediante la cual el Reino Unido votó por salirse de la Unión Europea (UE) y terminar con 40 años de pertenencia a esta organización internacional fue un hecho que marcó está década.
La votación se hizo el 23 de junio de 2016 en unas elecciones en las que el 51.8% de los votantes decidió que era mejor la separación contra un 48.1% que quería quedarse en la UE.
Recientemente, los países de la Unión Europea (UE) aceptaron las negociaciones y ahora llegaron a un acuerdo definitivo.
La salida del euro de Grecia
Como consecuencia de la crisis económica de 2008 en Estados Unidos, la Zona Euro también enfrentó una crisis pero en 2009. En ese año se dio a conocer que el gobierno griego en turno había falsificado la contabilidad nacional, por lo que se reveló que su situación económica era más grave de lo que se pensaba.
Tras esa revelación, el país se enfrentó a serios problemas para financiarse en el extranjero y el gobierno empezó a trabajar en varios rescates para el país: el primero en 2010, el segundo en 2011 y el tercero en 2015.
Fue en 2012 cuando se inició con el término de “grexit”, pues se tenía previsto que el país saliera de la Zona Euro porque estaba en quiebra y era reacio a aceptar los términos de un rescate para cerrar la brecha en sus finanzas.
Ya en 2018, después de ocho años y aproximadamente US$330.000 millones en préstamos, Grecia dejó los rescates.
A cambio, acordó recortar drásticamente el gasto e implementar reformas económicas.
La quiebra de Argentina
Argentina es la tercera economía más grande América Latina y se encontró en 'virtual default' por las calificadoras, en recesión, alta pobreza e inflación, con una situación parecida a la de finales de 2001, cuando el país sudamericano atravesó la peor crisis de su historia.
En 2018, Argentina había registrado una inflación de 47.6%, profundizando una tendencia que se inició con la crisis de 2001, al salir Argentina de la paridad cambiaria con el dólar vigente por 11 años. Es de los pocos países emergentes que no ha logrado controlar la inflación.
Al cierre de 2019 la inflación llegó a 57.3%, una de las más altas del mundo.
Además, la pobreza que afecta a 40% de los 44 millones de argentinos es uno de los temas que más preocupa.
Un TLCAN más vanguardista
La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos trajo consigo muchos cambios en la economía y el comercio. El presidente republicano calificó al TLCAN como el “peor acuerdo comercial” por lo que se iniciaron las negociaciones con los países involucrados.
Su sustituto bautizado como T-MEC fue firmado inicialmente el 30 de noviembre de 2018.
Pero su confirmación en el Congreso de Estados Unidos se complicó porque los legisladores demócratas exigieron previsiones para asegurar el cumplimiento de una reforma laboral mexicana exigida para evitar la competencia desleal con los trabajadores estadounidenses.
Tras meses de negociaciones, se acordaron enmiendas y un nuevo protocolo del T-MEC fue sellado con bombos y platillos el 10 de diciembre en Ciudad de México por los Ejecutivos de los tres países.
Los bancos centrales
Producto de la crisis petrolera, en 2017 los bancos centrales del mundo, encabezados por la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), iniciaron un programa de inyección masiva de liquidez en los circuitos financieros del planeta, llamado flexibilización cuantitativa y consistente en inyectar tanto dinero como fuera posible para evitar una recesión como la de los años 30 del siglo pasado.
Hasta ahora se ha evitado, pero el bajo crecimiento es la constante. Se calcula que la inyección de liquidez en el mundo desde el año 2017 a la fecha es equivalente a 5 veces el PIB global.
Impacto de los commodities
Perú, Chile, Ecuador, Bolivia, Colombia, Venezuela, Uruguay, Argentina y Brasil, entre otros, fueron países que impulsaron sus economías a principios de la década por las exportaciones que hicieron a China de materias primas, fueron los proveedores oficiales de un importante número de productos que China utilizaba para impulsar su desarrollo. Cuando el país asiático redujo su crecimiento y en consecuencia su demanda de commodities, el impacto para estos países fue la consecuencia natural. Hoy en estas economías se registran movimientos sociales que ponen en riesgo su desarrollo para los próximos años.
La 'nueva economía'
Los gigantes globales de hoy poco tienen que ver con la economía tradicional, muchos de ellos están ligados al sector de la tecnología, tecnologías de la información, ciberseguridad, información y telecomunicaciones. Este año el índice Nasdaq (en el que están listadas la mayoría de las compañías tecnológicas) de Nueva York ganó casi 40 por ciento y, aun así, los especialistas dicen que no se trata de una burbuja, debido a que los sustentos de las empresas que lo conforman son más que sólidos. Lo veremos con el tiempo.
Las criptomonedas
Bitcoin es la más conocida, pero este mundo de las criptomonedas ha revolucionado la forma en la que los mercados perciben el futuro. Poco se sabe o poco se quiere decir, pero las criptomonedas son una realidad y un fenómeno que los bancos centrales estudian y temen, tanto que el solo anuncio la llegada de Libra, la todavía no existente moneda digital de Facebook, puso a temblar nada más ni nada menos que al banco central más poderoso del mundo: La Fed.
Evolución del sistema financiero
El planeta acudió por primera ocasión a un cambio sin precedente en la forma en la que se ofrecen y prestan los servicios financieros. El sector Fintech revolucionó todo por completo y los bancos tradicionales han visto amenazado su reinado. De hecho, han perdido ya una parte de la corona y no supieron cómo. El avance de la tecnología trajo consigo nuevas y más eficientes formas de llegar a las masas, de otorgar préstamos sin tantos trámites y sin acudir a una oficina bancaria, entre muchos otros servicios. El sector Fintech ha llegado para quedarse.
Crecimiento de EE.UU
Aunque en efecto, el crecimiento es el gran problema del mundo, Estados Unidos tiene todo un récord de crecimiento, una década entera de expansión, el mayor periodo en toda su historia. En 2019 cumplió 10 años de crecimiento constante, se trata de un suceso económico positivo con todo y los problemas que el mundo enfrenta. Los riesgos de que se convierta en una recesión posterior siempre están presentes, pero la historia registrará también este récord que no se sabe cuánto tiempo tardará en igualarse o romperse. Ahora este país, a pesar del impacto del Covid-19, registra cifras de recuperación y de reactivación.
Bajan nota a EE.UU.
En 2011 y en medio de la crisis que se venía prolongando desde 2008, pasó algo que parecía impensable: Estados Unidos, la economía más grande del mundo, perdió la calificación AAA. La agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s fue la que tomó la decisión de rebajarle la nota al gobierno por los problemas fiscales que sufría la administración de Barack Obama.
China, del cielo al suelo
China llegó a registrar un crecimiento anual del PIB de casi 15% en estas dos primeras décadas del siglo y, al mismo tiempo, se ha desacelerado tanto que vivimos hoy uno de los momentos más complicados en la economía mundial por la enorme influencia que este país tenía, pues se le llegó a conocer como “la fábrica del mundo”. La desaceleración de China supuso un golpe durísimo a países de regiones como Sudamérica, que a la fecha padecen los efectos.
Hasta mayo de 2015, las acciones en el mercado de valores chino habían tenido un crecimiento formidable, pero a partir del sexto mes del año la situación dio reversa, al punto de que los valores en el país asiático tuvieron un retroceso de hasta 45%, lo que le puso un freno de mano al gigante asiático. Eso, sumado a la crisis de los precios de las materias primas que venía de 2014, hizo entrar en crisis a las economías emergentes.