Esta semana el dólar comenzará con un precio de $4.079. Sin embargo el pasado 20 de marzo, la tasa de cambio en Colombia registró el mayor valor con $4.153,91. Esta cotización destrozó todos los cálculos que se tenían en el mercado cambiario, donde al inicio del año se preveía un dólar cercano a los $3.150, con una devaluación promedio del 105. Sin embargo, la actual coyuntura con caída de los precios del crudo y el impacto del coronavirus, hizo que la devaluación ya supere el 20% hasta ahora.
Este drástico movimiento alcista no es gratis. La lista de damnificados no solamente es larga, sino que se presenta de manera directa a donde más les duele a los ciudadanos: a su bolsillo. Es más, el golpe llegaría disfrazado de inflación, a través de un incremento generalizado de los precios de los productos de la canasta familiar.
A pesar de que su efecto puede tener un rezago de un mes o algo más, la realidad es que la devaluación de la moneda colombiana, que en lo corrido de este año supera el 20 por ciento, se reflejará en productos más caros, bien sea porque son importados, porque su producción requiere de materias primas pagadas en dólares o simplemente porque si los artículos foráneos se encarecen debido al dólar, eso hacer subir los precios de los productos nacionales, así no tengan un componente de materias primas importadas.
En el grupo de las mercancías afectadas por el aumento del precio del dólar se encuentran granos, materias primas para alimentos, algodón, insumos agropecuarios, medicamentos, prendas de vestir, equipos de telecomunicaciones, computadores, celulares, maquinaria, vehículos, combustibles y sus derivados, entre otros.
En realidad, los primeros damnificados con la subida del dólar son los consumidores, quienes tendrán que asumir, vía aumento de precios, el incremento de la devaluación del peso frente a la moneda estadounidense, aún si este sobrecosto no se traslada en su totalidad al precio final, o lo haga manera gradual.