Con el veloz avance de la tecnología, todo está girando hacia la digitalización incluyendo los métodos de pago y ahora las monedas de grandes países. Es así como algunas de las divisas tradicionales entrarán en la era digital, incluyendo las de países como Japón, China, Estados Unidos y la Unión Europea.
El euro digital entrará en circulación en 2025, siendo un complemento y no una sustitución de la moneda, mientras tanto el Banco Central Europeo analiza posibles implicaciones para la política monetaria y la estabilidad financiera y espera que el Parlamento Europeo apruebe el “Eurosistema” en los próximos cuatro años. Por el momento, uno de los asuntos por resolver está relacionado con la tecnología que se usará, ya sea a través de Blockchain o centralizada (DLT, Distributed Ledger Technology).
Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo, expresó que “el euro digital no es una opción, es algo que tenemos que hacer” mencionando que la virtualización de la divisa es un asunto cada vez más relevante. Asimismo, resalta que “no es trivial en cuanto a las posibles implicaciones para la estabilidad financiera y para la política monetaria, así que tendremos que calibrar este proyecto para minimizar las consecuencias negativas que pueda tener”.
Por su parte, el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, destaca la importancia de contar con una divisa digital pública para garantizar el control monetario dentro de la zona euro, argumentando con tres razones para la digitalización de la moneda del banco central: la veloz disminución del uso del efectivo en Europa; las ganancias de eficiencia previstas debido a la reducción de los costos de intermediación y la resiliencia que podrían derivarse de la digitalización de la moneda; y por último la creación, según François, daría a la zona euro una palanca poderosa con la que afirmar la soberanía frente a iniciativas del sector privado.
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Mejor acceso
Asimismo, el euro digital permitirá a familias y empresas acceder directamente a esta moneda a través de una cuenta abierta en el Banco Central Europeo, acción que actualmente está reservada para los bancos comerciales.
Si bien el plan de digitalización ya estaba entre las prioridades de la entidad bancaria, con la pandemia se aceleraron todos los plazos del proyecto del lanzamiento del Central Bank Digital Currency (CBDC),
Otros países también comenzaron la primera fase de las pruebas para su moneda digital, tal como Japón que lanzará el yen digital, basados en su fiabilidad y funcionalidad y China que desde marzo ha probado el pago con e-yuan a través de teléfonos móviles, con el objetivo de convertirlo en una moneda virtual que compita contra el dólar.
Transformación
El Banco Central Europeo (BCE), encargado de la emisión de billetes y monedas de euro, se plantea una transformación. El BBVA, junto con los otros 15 principales bancos españoles, ha participado en las primeras pruebas ante la posible emisión del euro digital. La iniciativa, coordinada por Iberpay, ha tenido al Banco de España como observador y sus conclusiones se han recogido en este informe.
Desde el organismo con sede en la ciudad alemana de Frankfurt señalan que el euro digital no pretendería reemplazar a los billetes y las monedas físicas, sino ser una nueva alternativa. Según el BCE, por cada euro digital que se emita, se retirará de la circulación un euro físico. Por tanto, no habrá diferencias entre el valor de ambas monedas, sino que será siempre el mismo. La idea es que podría ser una opción más para los ciudadanos que le proporcione acceso a una forma segura de dinero en un mundo digital en rápida evolución.
Diferencias
La diferencia entre este euro digital y el euro que actualmente se utiliza en una transferencia o en un Bizum, es que el euro digital “podría ser una manera alternativa de realizar los pagos digitalmente sin necesidad de disponer de una cuenta bancaria o tarjeta, que podría permitir utilizar nuevas tecnologías, como blockchain, para disponer de nuevas funcionalidades, como la programabilidad (establecer una condicionalidad y que solo se pueda usar para ciertos usos o cuando se cumplan condiciones predefinidas)”, explica Francisco Maroto, líder de la disciplina de blockchain en BBVA.
Además, la nueva moneda se podría utilizar en ecosistemas digitales, como en sistemas con ‘IoT’ (internet de las cosas, por sus siglas en inglés) o aplicaciones desarrolladas sobre blockchain; y ser interoperable con otras monedas digitales. Sin embargo, Maroto señala que aún es difícil establecer cuáles serán sus usos, ya que “dependerán de cómo se diseñe y, por tanto, hasta que no esté todo más definido, no seremos capaces de saber qué se puede hacer y que no”.
La institución ha informado que independientemente del diseño que se lleve a cabo, el euro digital sería accesible a todos los ciudadanos y empresas para realizar sus pagos minoristas de “forma rápida, sencilla y segura”. La nueva moneda, explica, “garantizaría que los ciudadanos de la zona euro puedan mantener el libre acceso a un medio de pago simple, universalmente aceptado, seguro y fiable” al tiempo que se cumple con la legislación pertinente, incluida la normativa sobre blanqueo de capitales y financiación del terrorismo.
Sus características
En el trabajo, que llevan a cabo tanto el BCE como los diferentes bancos centrales de los países de la zona euro, han establecido como requisitos básicos que el euro digital debe tener fácil accesibilidad, robustez, seguridad, eficiencia y privacidad. Asimismo, apuntan que esta moneda electrónica será la apuesta definitiva a favor de la digitalización de la economía europea y se beneficiarán, sobre todo, las pymes y los ciudadanos, pues se pondrá a su alcance la innovación en los pagos minoristas. También aluden que un euro digital ayudaría a las economías en momentos de desastres naturales, cuando los medios de pago tradicionales interrumpieran su funcionamiento. O incluso en tiempos de pandemia, como el que estamos viviendo con la covid-19, en el que los ciudadanos prefieren pagar menos con billetes y monedas y se apremia a evitar el contacto físico.
Moneda conserva autonomía
Igualmente, como menciona un informe de BBVA Research, el BCE quiere evitar que la UE pierda su autonomía estratégica y que otra moneda digital extranjera, o poco regulada, se imponga en el mercado de medios de pago. Este suceso, indican, dañaría la competencia y supondría un fenómeno equivalente a la dolarización que sufren algunas economías emergentes. En definitiva, Europa no quiere ni puede permitirse quedar rezagada en la innovación global de pagos y debe tener un papel protagonista.
Otra de las novedades que han delimitado desde el BCE es que el futuro euro digital no tendrá las características de una criptomoneda como el bitcoin. A diferencia de estas monedas, el euro digital no tendrá un precio volátil y contará con el respaldo de una institución confiable como el BCE, lo cual puede traducirse en una mayor confianza respecto a las criptodivisas.
Y finalmente, aunque no menos importante, una vez el euro digital estuviera en circulación y funcionando para los ciudadanos en su día a día, el BCE podría apostar por una política de menor impresión de billetes y monedas, lo que ayudaría a reducir costos generales en la UE y también la huella ecológica de los sistemas monetarios, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.