Enero fue un mes en el que el dólar volvió a ganar terreno contra la mayoría de las monedas y especialmente con las de países emergentes. El peso colombiano, después de haber alcanzado niveles cercanos a $3.250, terminó retrocediendo hasta los $3.400, presentando una devaluación del 4,11% en enero y en línea con otras monedas de la región.
Este movimiento obedeció a la aversión al riesgo que se originó por la propagación del Coronavirus, impactando de esta forma expectativas de crecimiento de China y a su vez, haciendo caer el petróleo cerca de un 15%.
Los analistas del Banco Itaú consideran que “hacia adelante estaremos monitoreando el avance de esta coyuntura, así como otros temas relevantes en el frente externo principalmente. El valor justo del dólar está más cerca a los $3.250”.
Otros investigadores sostienen que si 2019 fue un año de alta volatilidad debido a la incertidumbre generada por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el cambio de la Fed respecto a los futuros movimientos de tasas y el riesgo de una desaceleración económica mundial, este año podría ser de cautela por estas mismas variables.
En promedio, los expertos proyectan que la tasa de cambio se ubicará este año en niveles de $3.360, pues el mercado seguirá atento a los retos comerciales y políticos, aspectos en los que seguirán vigentes las conversaciones entre Washington y Pekín, por la negociación de la fase dos de su acuerdo, y el brexit. A esto se suman las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que también causarán incertidumbre, y el monitoreo del crecimiento mundial, ya que se podría generar temor por una mayor desaceleración global.
Factores globales
La jefe de estudios económicos de Fiduprevisora, Sandra Blanco, dice que entre estos factores globales que tendrán incidencia en los mercados también se encuentran las protestas por descontento social que se están realizando en diferentes partes del mundo como Latinoamérica y Hong Kong, las cuales han generado aversión al riesgo.
A su vez, el director de estrategias de mercado de Global Securities, Raúl Moreno, destacó que, a pesar de estas presiones sobre la tasa de cambio, “en la medida que se vean mejoras por el tema comercial y que el ciclo de fortalecimiento del dólar esté llegando a su fin, se espera un mayor apetito por el mercado local”.
En cuanto a los factores locales que incidirán en el movimiento del mercado en Colombia, Blanco señalo que estos serían la debilidad en las cuentas externas del país, el panorama fiscal, la cada vez mayor tasa de desempleo, el consumo privado y las protestas en contra del Gobierno.
De otra parte, Wilson Tovar García, gerente de Investigaciones Económicas de Acciones & Valores, comenta que “el mundo anda al vaivén de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, sumado a una sobreoferta de petróleo en el ámbito mundial, a un déficit comercial elevado y a un malestar social y político generalizado (especialmente en América Latina) que nos ha afectado”.
Según el área de Investigaciones Económicas de la firma, este año el dólar podría alcanzar un precio máximo de $3.780.
Comportamiento
Para Alexander Ríos, analista de Estratégica Consultoría, “cualquier evento adverso, retroceso, ruptura y/o externalidad en la negociación entre China y Estados Unidos en materia comercial, haría susceptible que el peso colombiano regresara a niveles superiores a los $3.500 por dólar, pues la divisa norteamericana es un refugio ante la incertidumbre global".
Por otra parte continúa la correlación entre los precios del crudo y el dólar y por lo tanto el comportamiento del mercado petrolero tendrá este año una fuerte influencia sobre la moneda estadounidense.
“No podemos pasar por alto que el mercado petrolero no es igual al que hace 5 años. El escenario de que el dólar retorne a los 80 o 90 dólares por barril es poco probable y en el largo plazo, incluso, nocivo para los países como Colombia”, señala Ríos. Lo que más preocupa es que el petróleo parece no levantar cabeza, lo que llevaría a un dólar alto.
Para Wilson Tovar, de Acciones y Valores, el cálculo para el precio del petróleo en su referencia WTI estaría en el orden de los 50 dólares en barril en 2020.
Sin embargo, uno de los ‘antídotos’ que podrían evitar que el dólar tenga una fortaleza más grande en Colombia es el crecimiento del país.
Si se dan las proyecciones de crecimiento económico colombiano, tal como estiman las entidades gubernamentales y privadas, el país sería un destino interesante de inversión extranjera, en medio de una región que trastabilla políticamente por el descontento social, lo que podría derivar en un peso estable.
No obstante, si disminuyen las tensiones comerciales globales y se normaliza la situación social en la región al cierre del año la divisa podría cerrar entre los $3.000 y $3.200.