Con la amenaza del gobierno que, de no aprobarse la Ley de Financiamiento o reforma tributaria, habrá un congelamiento de gastos y recortes, que se verían en el presupuesto de 2025, se inicia una semana clave para el futuro de la iniciativa.
Sin embargo, en el ambiente surgen más dudas que certezas, ante el mal ambiente que existe en el Congreso, y muestra de ello es que la semana pasada apenas la iniciativa se debatió en las comisiones económicas. Estaba previsto que se hiciera el anuncio sobre la ponencia de la iniciativa, pero se logró.
Además, en el transcurso de la semana se presentaron varios hechos que entorpecieron ese anuncio, como la decisión del Gobierno de apartar del Ministerio de Hacienda a Ricardo Bonilla. Solo el viernes pasado se anunció su reemplazo que será Diego Guevara, quien deberá tomar el timón inmediatamente para enderezar el rumbo de la iniciativa en el Congreso, que pretende conseguir $12 billones adicionales, ante el descuadre del Presupuesto.
Incluso, el representante Wilmer Guerrero Avendaño, coordinador ponente del proyecto por la Comisión Tercera, dijo a EL NUEVO SIGLO que no se pudo discutir en las comisiones conjuntas y afirmó que “si de aquí al martes a más tardar no se ha votado en comisiones conjuntas, se hundió, los tiempos no dan. Y eso tratando de sacarla en sesiones extras, que este año va a haber sesiones extras hasta el 20”.
Comportamiento
Antes de su renuncia, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ratificó que el Presupuesto de 2025 será de $523 billones, incluyendo $12 billones pendientes de la Ley de Financiamiento. El funcionario mencionó que de no aprobarse parcialmente o no discutirse la reforma en el Congreso antes del 2 de enero, se detallaría qué parte del monto está financiado y cuál se aplazará.
Para el Gobierno, esta ley es fundamental, pero cuenta con poco plazo para aprobarla; ya que, la legislatura entrará en receso desde el 16 de diciembre o deberá citar a extras.
Para los analistas, aunque se lograra la aprobación del proyecto, el Gobierno tendría que hacer ajustes para mantener las finanzas públicas en orden, y también, poder cumplir con la regla fiscal.
El director de investigaciones económicas de Credicorp, Daniel Velandia, dijo que “la probabilidad de que no se apruebe la ley es alta. No hay un gran ánimo en el Congreso para discutir esta reforma, que busca darle un mayor espacio de gasto y endeudamiento al Gobierno”.
El economista argumentó que otro escenario de la reforma, es que sea aprobada parcialmente. “Podrían lograr la aprobación de la iniciativa, pero con ajustes importantes, lo que quiere decir que no se llegaría a recaudar $12 billones, lo que, a su vez, significa un recorte del gasto público”, expresó.
Velandia advirtió que el Comité Autónomo de la Regla Fiscal, Carf, señaló que el Presupuesto no solo depende de la tributaria, sino de una serie de ingresos, tales como la administración tributaria, lo que para el economista genera una alta incertidumbre, porque no se sabe con certeza si se podrán recaudar esos recursos.
Desfinanciamiento
“Si no se aprueba la tributaria, el Gobierno está obligado a lograr el pleno financiamiento del Presupuesto, como estaría desfinanciado en $12 billones, en febrero o marzo de 2025 se anunciarían los congelamientos o eliminaciones de partidas. Pero el Ejecutivo tiene que hacer un esfuerzo mayor, porque el Carf habló de una desfinanciación de $39 billones, y esta sería la suma que el Gobierno tendría que congelar”, apuntó el exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo.
A su vez, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, señaló a los medios, que “esta reforma generaría recursos adicionales de aproximadamente $7 billones, mientras que $5 billones restantes provendrían de un mayor endeudamiento, producto del adelantamiento en el cumplimiento de la regla fiscal. Esta cifra es relativamente pequeña en comparación con el faltante proyectado para 2025, que asciende a cerca de $37 billones”.
Los analistas destacaron que es importante un Presupuesto más ajustado, de acuerdo a las capacidades fiscales. También, mencionaron que puede haber una corrección en gastos de funcionamiento y de nómina.