Luego de recuperar el estatus como país libre de fiebre aftosa con vacunación, producto del trabajo de diplomacia sanitaria del Gobierno, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile, confirmó el levantamiento de las restricciones para la importación de carne bovina con cortes deshuesada fresca, refrigerada y congelada desde Colombia, después de realizar el análisis a la documentación técnica remitida por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Rodolfo Zea Navarro, afirmó que "con el restablecimiento del estatus sanitario como país libre de fiebre aftosa con vacunación, estamos llevando a cabo unas maratónicas jornadas de apertura y reapertura de mercados. En esta ocasión queremos anunciar que el mercado de Chile ya está listo para recibir de nuevo carne colombiana".
El jefe de la cartera agropecuaria detalló que las importaciones de carne bovina de Chile de diferentes países, en 2019, sumaron 1.340.873 toneladas valoradas en US$1.061 millones, presentando un crecimiento de 10,1% en volumen frente al año anterior con registros de 1.218.291 toneladas.
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Además, el Minagricultura agregó que para antes de finalizar el año se espera tener habilitado el mercado para exportación de este producto a Curazao y la rehabilitación de las plantas pendientes para exportación a Rusia, que sería resultado de la reciente reunión con la autoridad sanitaria de dicho país.
Este importante logro se debe al trabajo articulado que ha adelantado el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el ICA, el Instituto de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), el Ministerio de Comercio. La Cancillería, los empresarios, los gremios y los ganaderos, quienes han desarrollado estrategias encaminadas a mantener el estatus sanitario y a fortalecer la producción ganadera, con el fin de asegurar productos con excelentes condiciones tanto sanitarias como de inocuidad.
Adicionalmente, el ICA, como autoridad sanitaria, continúa desarrollando planes de trabajo y medidas que contribuyan a mantener la sanidad pecuaria y a evitar afectaciones en la ganadería nacional, como la instalación de puestos de control, la incorporación de sensores epidemiológicos para identificar oportunamente posibles sospechas de la enfermedad, además de campañas de comunicación sanitaria para fortalecer los conocimientos sobre la fiebre aftosa.