El sector carbonífero contribuye con un promedio de 3 billones de pesos anuales en regalías y genera junto a su cadena productiva 130.000 empleos en Colombia. Asimismo, más de 80 municipios cuentan con actividad minera del carbón; Colombia exporta a más de 30 países, produce anualmente cerca de 70 millones de toneladas y representa el 1,5% del Producto Interno Bruto, por nombrar algunos aspectos relevantes.
“Los carbones colombianos pueden ser una parte integral de la transición energética, si se utilizan de manera sostenible. Estamos trabajando con el gobierno y con otras partes interesadas para desarrollar una hoja de ruta para una transición energética justa y equitativa, que permita a Colombia seguir creciendo de la mano de las comunidades”, comentó Carlos Cante, presidente ejecutivo de Fenalcarbón.
Los diferentes acontecimientos a nivel mundial han hecho replantear el papel de los carbones. Sucesos como la pandemia, la invasión de Rusia en Ucrania y el crecimiento mundial de la población, revelan que la necesidad energética será cada vez más alta utilizando como fuente primaria el carbón, ya que a medida que la población crece, aumenta la urbanización, el crecimiento económico relacionado con el consumo de energía y los cambios en el estilo de vida de las personas que consumen más energía en sus actividades diarias.
Demanda
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la demanda de energía mundial aumentará un 28% entre 2022 y 2040. Se espera que la demanda de carbón aumente un 10% durante este periodo. Sin embargo, se viene repensando desde los diferentes sectores e industrias cómo seguirá produciéndose de manera sostenible.
Seguir modelos de países como Estados Unidos, que están implementando tecnologías de captura de carbono para las plantas térmicas alimentadas con carbón, de la mano del norte de Europa, China, el sudeste asiático y Australia, puede resultar ser un primer camino y modelo a seguir; no obstante, los retos y desafíos que presenta Colombia llevan la conversación por otro camino.
Hay ciertas oportunidades y desafíos que replantear y poner sobre la mesa para que los carbones colombianos puedan utilizarse de manera sostenible, como generar energía limpia a partir de tecnologías como la captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS); la gasificación que no impacte de manera directa al medio ambiente ni a las comunidades locales; el aprovechamiento del calor residual para la generación de energía; y las llamadas tecnologías HELE (High Efficiency Low Emission), entre las principales.
Riqueza
“Parte de entender esta transición energética de los carbones colombianos, se basa en aprovechar esa riqueza del subsuelo para generar más oportunidades en el territorio y a las comunidades. La transición energética es un proceso necesario para el futuro de Colombia, pero debemos asegurarnos de que sea consecuente con lo que representa para el país y para todos los actores que están involucrados en esta cadena”, aclara Carlos Cante, presidente ejecutivo de Fenalcarbón.
Por otro lado, según afirma Cante, hay que cuestionarse cuánto significan los carbones colombianos en el consumo global. El mundo consume más de ocho mil millones de toneladas de carbón al año, Colombia aporta con sus exportaciones menos de 1%.