Baja inflación ‘amarrará’ aumento salarial para 2021 | El Nuevo Siglo
AYER SIETE expertos hablaron ante la Comisión de Concertación de Políticas Salariales, exponiendo distintas ópticas del mercado laboral
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Lunes, 7 de Diciembre de 2020
Redacción Economía

La negociación salarial para definir el aumento que debe regir a partir del próximo primero de enero para las personas que ganan la remuneración básica, se encuentra en un momento bastante complicado. De entrada, las posturas de las centrales obreras y los voceros de los empresarios están bastante alejadas.

Uno de los factores que se estaba esperando era, precisamente, el de la inflación de noviembre, dada a conocer el pasado fin de semana. Según el DANE, el costo de vida decreció en 0,15%. El resultado sorprendió puesto que se esperaba que con el ritmo de reactivación económica con que está cerrando este año el valor de los productos, bienes y servicios aumentara.

Sin embargo, el DANE evidenció lo contrario: la inflación entre enero y noviembre de este año apenas ha crecido 1,23%, un indicador inédito si se compara con el mismo periodo del año pasado, que fue de 3,54%.

En ese orden de ideas, expertos consideran que el año cerrará con un Índice de Precios al Consumidor (IPC) entre 1,5% y máximo 1,9%. De hecho, la variación anual de la inflación (noviembre de 2019- noviembre 2020) apenas si llegó al 1,49%, resultado sustancialmente más bajo que el del lapso inmediatamente anterior, que fue de 3,84%.



Como se dijo, el dato de noviembre sorprendió, toda vez que el pasado jueves el Banco de la República presentó a la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales un informe de la inflación para el 2020 y la proyectada para el 2021.

Allí, de acuerdo con el reporte del Ministerio de Trabajo, el director del Departamento de Programación e Inflación del Emisor, Carlos Alfonso Huertas Campos, proyectó para 2020 y 2021 una inflación anual de 1,9% y 2,6%, respectivamente.

A su turno, el director del DANE, Juan Daniel Oviedo, precisó que entre enero y octubre de 2020 la tasa de desempleo ha sido en promedio de 16,5%, con un aumento de 5,8 puntos porcentuales respecto a 2019. La tasa de ocupación en 49,1% ha caído 7,3%. En las 13 áreas metropolitanas la tasa de desempleo ha sido de 18,8%, reflejo de que el desempleo ha impactado la zona urbana en mayor medida. Todo como consecuencia del duro impacto de la pandemia.

Agregó Oviedo que este año ha aumentado el número de empleos que ganan menos de un salario mínimo mensual.

¿Entonces?

En ese orden de ideas queda claro que con una inflación que no va a superar el 1,5- 1,9% y teniendo una productividad negativa, que ya fue señalada en un -0,6%, las aspiraciones de un aumento salarial alto son lejanas. De entrada, es imposible igualar el reajuste que rigió para este año: 6%.

Los empresarios reiteran que el efecto de la pandemia en la situación financiera de las empresas es demoledor. De no ser por las ayudas del Gobierno, tanto en créditos flexibles como en subsidios directos para el pago de nóminas y primas, sería muy difícil mantener la operatividad de muchas de las compañías.



Los voceros del Consejo Gremial insisten en que la urgencia no debe ser otra el combate al desempleo, que en octubre cerró con un 14,7%.

Los voceros sindicales, por el contrario, consideran que se está analizando sólo la primera parte de este año, sin tener en cuenta que ya desde septiembre la economía viene reactivándose a un buen ritmo y prueba de ello sería que el Producto Interno Bruto (PIB) recuperó más de 6 puntos entre junio y septiembre.

A ello se suma que las previsiones tanto del Gobierno como el Banco de la República, así como de centros de estudios económicos privados e incluso de organismos internacionales, coinciden en que este año no cerrará con un indicador tan negativo como el que se preveía en el primer semestre. Ahora las proyecciones se sitúan entre un muy optimista -6% o un escenario un poco más pesimista de -8%. De igual manera, los cálculos sobre 2021 señalan que la economía podría cerrar por encima del 3 y 4%.

Los sindicatos también consideran que los empresarios no están teniendo en cuenta en sus escenarios operacionales para el próximo año que los subsidios a la nómina serán extendidos y que la política de respaldo de crédito a bajas tasas por parte del Fondo Nacional de garantías se mantiene.

La sesión de ayer

Visto todo lo anterior, es evidente que si 2020 cierra con la inflación más baja en décadas, aspirar a un aumento salarial que vaya más allá del 3% o máximo un 4% para 2021 resulta casi irreal.

La Comisión se reunió de nuevo ayer. Según el Ministerio, siete expertos analizaron múltiples ópticas del mercado laboral colombiano.

En esta nueva sesión, que presidió el ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, el director general del DANE expuso el informe “Ingreso por ganancia y/o salario por tamaño de hogar”.

Luego intervino el abogado, Iván Daniel Jaramillo, del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, quien enfatizó la complejidad de la negociación e hizo un comparativo de salario mínimo en Colombia con Europa y señaló como elementos a considerar en la discusión: los aportes a seguridad social, y la reorientación de prestaciones y derechos para afrontar crisis económica y sanitaria.



Según la cartera de Trabajo, la exministra y exdirectora de Planeación Nacional Cecilia López señaló “esta es una negociación atípica, pero decisiva, en la cual se debe considerar el salario como demanda y no como costo, y donde se debe revisar el sacrificio hecho por todos en este momento de crisis, pero sobre todo hasta dónde va el de los empresarios y el de quiénes generan empleo”.

Agregó que la pandemia acentúo la brecha de género, la precariedad en los ingresos de los trabajadores del campo y de los jóvenes y “es un momento donde la supervivencia es prioridad”.

Los analistas del Centro de Estudios Económicos de Anif, Carlos Felipe Prada y Anwar Rodríguez, anotaron que es preocupante la pérdida de empleos en la mayoría de los sectores formales, afectando de manera desproporcional a las mujeres, al tiempo que reiteraron e insistieron en la recuperación del empleo que requiere esfuerzos inmediatos, a través de iniciativas con metas concretas y medibles y cronogramas precisos.

A su turno, el economista y director de Cedetrabajo, Mario Alejandro Valencia, indicó que para la negociación del salario mínimo se debe tener en cuenta la situación antes de la pandemia que ya presentaba tasa de desempleo creciente y menos ocupados, problemas que se profundizaron con la crisis sanitaria y que dieron pie al incremento de trabajadores por cuenta propia, en condiciones desfavorables y con baja remuneración.

Entre tanto, la decana de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, Marcela Eslava, centró su exposición en los efectos del salario mínimo en el empleo y el ingreso de la clase trabajadora, y presentó un panorama del salario en precios corrientes.

Los profesores economistas de la Universidad Nacional, Diego Alejandro Guevara y Oscar Murillo, hicieron las reflexiones teóricas sobre el marco conceptual que se usa para defender el salario mínimo y la productividad laboral.

Y, por último, el director General de Econometría Consultores, Mauricio Olivera, proyectó una visión de largo plazo del mercado laboral, la institucionalidad del salario mínimo y la necesidad de una política de formación para el trabajo que contribuya a suplir las necesidades del aparato productivo.

Por ahora, habrá que esperar hasta el próximo jueves cuando se vuelve a reunir la Comisión. Allí el compromiso es que se oficializarán las propuestas de reajuste y comenzará el grueso de una negociación que no pocos insisten en que terminará, al final de cuentas, en un decreto del gobierno Duque, a quien le quedará la ‘papa caliente’ de definir un aumento que no llegaría al 4%.