Economía mundial busca soluciones en Ucrania | El Nuevo Siglo
Jueves, 10 de Abril de 2014

Los grandes financistas del globo se reúnen este jueves en Washington en un clima enrarecido por riesgos de deflación en Europa, tensión geopolítica en Ucrania y temores de un crecimiento "débil".

 

La agenda es sin embargo menos sombría que lo previsto por los ministros de Finanzas de los países emergentes y desarrollados del G20, que se reúnen en la capital estadounidense el jueves en la noche y el viernes, al margen de las asambleas anuales de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM).

Alimentadas por el retorno progresivo a la normalidad monetaria en Estados Unidos, las fugas de capitales que afectan a ciertos países emergentes (Brasil, Turquía, India) parecen haberse apaciguado.

 

Según una fuente europea, los debates abordarán "la normalización de la política monetaria y sus efectos", pero los temores de turbulencias mayores en los mercados financieros parecen alejarse por el momento.

Otra fuente recurrente de preocupación, Grecia, se apresta a reanudar el crecimiento, e intentará el jueves captar fondos frescos en los mercados por primera vez en cuatro años, en momentos en que la zona euro se recupera moderadamente.

"Para decirlo simplemente, la recuperación se consolida", resumió el jefe de economistas del FMI Olivier Blanchard.

 

- Nuevos rompecabezas -

Pero emergen otros rompecabezas. Se teme una escalada de la crisis ucraniana y la Reserva Federal (Fed) estadounidense no descarta repercusiones "negativas", mientras el FMI revisó sus previsiones de crecimiento, invocando "el incremento de la tensión geopolítica".

En una reunión planeada para la tarde del jueves en Washington, los ministros de Finanzas de los países industrializados del G7 se abocarán al tema, que debería figurar en lugar prominente en el comunicado del G20 esperado el viernes.

El bajo nivel de inflación en Europa también debería ser prioritario en los debates. Si la tendencia se agudiza hasta transformarse en deflación (baja prolongada de los precios de consumo), podría frenar la actividad y aumentar el peso de la deuda sobre las todavía frágiles finanzas públicas.

Sin embargo, el diagnóstico no logra unanimidad. El miércoles, el secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew exhortó a los europeos a prestar "mayor atención" al riesgo de deflación, haciéndose eco del número dos del FMI David Lipton, quien consideró esa tarea "crucial".

 

Pero del otro lado del Atlántico, la percepción es totalmente distinta. "Debemos hablar de manera constructiva con el FMI para explicarle porqué no vemos una tendencia deflacionaria o no tememos una deflación", afirmó una fuente europea.

Pese a los reiterados alertas del Fondo, el Banco Central Europeo se niega por el momento a tomar medidas específicas, explicando que la inflación es débil "en todos" los países industrializados y no solamente en la zona euro.

El riesgo de una deflación generalizada es "débil" estimó el miércoles el número dos de la Comisión europea Siim Kallas.

 

Los miembros del G20 deberán también tratar de esbozar pistas para hacer avanzar el objetivo que se fijaron en la reunión de Sydney a fines de febrero: aumentar el crecimiento en dos puntos porcentuales adicionales de aquí a 2018.

La tarea se presenta difícil. El FMI prevé una actividad "débil" en Europa y teme que el potencial de crecimiento de algunos países emergentes haya "disminuido" a causa de debilidades estructurales.

Algunos países, entre ellos Francia, se comprometieron a reducir más su gasto público, a riesgo de frenar la actividad económica, aunque París afirma que el crecimiento debe primar sobre la disciplina presupuestaria.

En cuanto a las desigualdades, tema que estuvo en boga en el foro de Davos y en recientes informes del FMI, parece haber sido marginado de la agenda mundial.

 

"Las desigualdades extremas se agravaron", afirmó sin embargo la organización que lucha contra la pobreza, Oxfam, que asegura que las 67 personas más afortunadas del mundo poseen ahora tanta riqueza como la mitad más pobre de la población del planeta.

Según la ONG, es tiempo de que el FMI y el BM pasen de la "retórica" a los actos.