La economía colombiana ha asimilado el choque petrolero de 2015 y 2016, pero su crecimiento será lento en los dos próximos años. Así lo reconoce el análisis denominado ‘Situación Colombia’ realizado por el BBVA Research.
“El choque de términos de intercambio vivido por Colombia entre 2015 y 2016 tiene pocas comparaciones históricas y hace de él un evento muy particular. En esta oportunidad la confianza sobre las instituciones colombianas permitió gozar de financiamiento externo que suavizó el ciclo de gasto, especialmente el de consumo, lo que impidió que se tradujera el choque en una recesión económica”, afirmó Juana Téllez, economista jefe de BBVA Colombia.
De acuerdo con cálculos de la entidad financiera, la economía colombiana crecería un 1,5% en 2017 y en 2018 un 2,0%. “Estimamos que las menores tasas de interés e inflación apoyarán la capacidad adquisitiva de los consumidores, quienes una vez se acomoden a las nuevas condiciones tributarias podrán normalizar paulatinamente su confianza y su gasto, con un crecimiento del consumo de los hogares de 1,6% en 2017 y 2,3% en 2018. Por el lado de las empresas, la inversión comenzará a ajustarse en terreno positivo luego de dos años de contracción, sin embargo con una expansión moderada de 1,9% en 2017 y 3,1% en 2018 como respuesta a una demanda aun débil”, afirmó.
Fuentes de recuperación
Según el análisis, la economía colombiana podría estar impulsada por varios motores. El primero: el Programa de Infraestructura 4G, actualmente hay seis proyectos con avances por encima del 10% y algunos que ajustan ya cerca del 30% de progreso. Este grupo de proyectos fue el responsable del impulso observado en la inversión pública en el primer trimestre de 2017 y el avance de estos proyectos, en conjunto con otros dos que ya cuentan con cierres financieros, sustentarían parte de la expansión del PIB entre 2017 y 2018.
Por otra parte, el anuncio del Gobierno de la reactivación del programa Frech de subsidio a la tasa de interés para compra de vivienda en conjunto con la iniciativa de la mayoría de bancos de reducir las tasas de créditos hipotecarios, debería impulsar al sector constructor. “Habrá una primera etapa de reducción de inventarios actuales y, luego, se abrirá la puerta al desarrollo de nuevos proyectos entre 2018 y 2019. Si bien los efectos de este programa se observan en el mediano plazo, las versiones previas han tenido un impacto considerable en el crecimiento sectorial y en el mercado laboral”, agregó Téllez.
Así mismo, señala el análisis que con la recuperación reciente de los precios del petróleo a niveles entre los 45 y 55 dólares por barril Brent, el sector en Colombia ha tomado un nuevo aire hacia ampliar la inversión tanto en extracción como en exploración, lo que ha implicado anuncios por parte de varias empresas de un aumento en sus inversiones que se comenzarían a ejecutar en 2017 y cuyas señales, deberían comenzar a darse en el segundo semestre del año.
“Finalmente, uno de los sectores que esperamos muestre un mejor desempeño, especialmente en 2018, es el exportador, que se favorecería de la consolidación del tipo de cambio en un rango más estable y en niveles significativamente más competitivos, así como de las ganancias en términos de competitividad producto de la depreciación de la tasa de cambio real frente a socios comerciales”, dijo Téllez.
Inflación
De acuerdo con el informe, el buen régimen de lluvias que ha tenido el país en 2017 ha permitido que la inflación de alimentos haya corregido su tendencia al alza, sumado a que el tipo de cambio en 2017 se ha ubicado por debajo del promedio de 2016, reduciendo el costo de los productos importados y permitiendo también que la inflación de los productos transables se haya desacelerado.
“Esperamos que la tendencia a la baja en inflación continúe en 2017 y 2018 y se ubique al finalizar estos dos años en 4,3% y 3,2%, respectivamente. Detrás de esta tendencia el tipo de cambio jugará un papel clave, en promedio, estimamos que en 2017 y 2018 permanecerá relativamente estable en valores cercanos a 2.980 pesos, asegurando que el costo de los productos importados continúe disminuyendo”, añadió Téllez.
Tasas de interés
De este modo, las condiciones económicas estimadas para 2017 y 2018, parecerían inclinar la balanza hacia una política monetaria más acomodaticia, de acuerdo con las estimaciones de BBVA Research.
En este contexto, según la entidad, el Emisor bajaría su tasa hasta 5,25% en 2017 y hasta 4,50% en 2018. “La pausa en las reducciones se justifica en el lento descenso de la inflación básica en 2017 que solo hasta los primeros meses de 2018 mostrará una corrección importante”, manifestó Juana Téllez.
Los riesgos sobre la economía
Según el informe, el principal riesgo sobre la economía se desprende de una mayor duración del ciclo actual. “En ese contexto el mercado laboral podría presentar un deterioro mayor al anticipado ampliando el ciclo negativo de confianza de consumidores y empresarios y postergando los avances en actividad esperados”, añadió Téllez.
En el frente externo, el principal riesgo puede provenir de un ajuste inesperado en los flujos de capitales, ya sea por un ajuste más acelerado de la política monetaria en EE.UU o por motivaciones de rendimiento de los instrumentos financieros en economías que estén próximas a iniciar su ciclo bajista en tasas.
“Sin embargo, cabe resaltar que la vulnerabilidad de la economía colombiana se ha moderado significativamente con la reducción del déficit en cuenta corriente en cerca de dos puntos porcentuales entre 2015 y 2016 y la expectativa de mejoras adicionales en 2017 y 2018”, puntualizó la economista jefe de BBVA Colombia.