Aunque el área sembrada de cultivos ilícitos llegó a 180 mil hectáreas, tanto el Gobierno como lo analistas señalan que la actividad delincuencial asociada a esta práctica, ha disminuido. Alternativas para legalizar el agro
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Las cifras son claras, el hecho de ver multiplicarse por tres el área con cultivos ilícitos en Colombia, pasando de unas 50 mil hectáreas en 2013 a cerca de unas 180 mil hectáreas en los inicios de 2017, según cifras del Departamento de Estado de Estados Unidos, son preocupantes.
Un análisis de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, ANIF, sobre el tema señala que por dicha expansión de ilícitos en la región si, de una parte, se manejan discursos de “connivencia” en alianza con México y Brasil; y, de otra parte, se valida el consumo de la droga a nivel local a través del eufemismo de “uso terapéutico”, tanto de la marihuana como de la coca.
También luce preocupante la reciente laxitud con la que el Estado ha venido enfrentando la problemática del narcotráfico, tanto por el lado de la oferta, como de la demanda.
De hacerse el de la vista gorda frente a ello, el Estado estaría poniendo en grave riesgo el posconflicto, pues las mafias de este negocio podrían recrudecer la violencia en el país.
Lo anterior podría tener un impacto negativo sobre la economía subterránea en Colombia, que ya bordeaba el 35% del PIB (33,2% informal + 1,9% ilegal) en el año 2012.
En efecto, la expansión del narcotráfico y de los cultivos ilícitos podría derivar en mayores transacciones en efectivo que elevarían el componente de ilegalidad de dicha economía sumergida.
Mejoran los precios
Para la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo, Fedesarrollo, de acuerdo con el informe de la UNODC, las comunidades rurales han encontrado nuevos incentivos para incrementar el área sembrada con coca y menciona, entre estos: un fuerte incremento de los precios que reciben por la hoja de coca de $2.150 por kilogramo que se pagaban en 2014 se pasó a $3.000 por kilogramo en 2015; una reducción en el riesgo asociado con la actividad ilícita debido a la suspensión de la aspersión aérea y la posibilidad de evitar la erradicación manual mediante bloqueos a la fuerza pública; un posible incremento prospectivo de recibir beneficios como contraprestación por la eliminación de los cultivos de coca y como contraprestación por la eliminación de los cultivos de coca y otros elementos coyunturales que afectaron las actividades lícitas en las regiones y favorecieron las actividades ilícitas; por ejemplo, la crisis del petróleo en Catatumbo, la sequía en Antioquia y Sur de Bolívar y una reducción general de los esfuerzos en desarrollo alternativo en todo el país.
"De las 22,1 millones de hectáreas con vocación para uso agrícola, Colombia sólo utiliza 5,3 millones"
También se ha identificado en algunas regiones una relación estrecha con la minería ilegal, asociada principalmente con las fluctuaciones en el precio del oro. Cuándo éste es bajo se da un repunte de los cultivos ilícitos y viceversa, indicando la existencia de un “efecto sustitución” entre estas dos actividades ilegales.
El estudio de Fedesarrollo dado a conocer en febrero pasado establece que la gravedad de la situación actual de los cultivos ilícitos la ilustra el documento Conpes sobre el postconflicto en los siguientes términos: En Colombia han existido diferentes cultivos de uso ilícito (ej. coca, amapola, marihuana), todos en zonas de alta afectación por conflicto armado.
De los 192 municipios con presencia de cultivos ilícitos en 2015, el 58,85% han tenido alta y muy alta incidencia de conflicto armado. De las 96 mil hectáreas reportadas, el 64% se encuentran en los departamentos de Nariño (31%), Putumayo (21%) y Norte de Santander (12%), dando cuenta de la concentración de los cultivos en departamentos con alta afectación por conflicto armado.
Los cinco municipios con mayor número de hectáreas cultivadas a nivel nacional fueron Tumaco (18%), Puerto Asís (6%), Tibú (5%), Valle del Guamuez (4%) y El Tambo (4%).
Cálculos del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas, Cesed, señalan que en 2014, 64.500 familias estaban dedicadas directamente al cultivo de coca y 193 mil lo hacían de manera indirecta, para un total de 1.032.000 personas dependientes de esta actividad, cifra que equivale al 9,1% de la población rural del país.
Alternativas
“Según las cifras oficiales del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, IGAC de las 22,1 millones de hectáreas con vocación para uso agrícola, Colombia sólo utiliza 5,3 millones, en otras palabras, únicamente se emplea el 24,1% del potencial.
Adicionalmente, el potencial agropecuario del país se aproxima al 36,2% del territorio, comprendido por los sistemas tradicionales, en donde a la agricultura le corresponde el 19,3%, a la ganadería el 13,3% y a los integrados con el bosque, es decir, el agrosilvopastoril el 3,55%.
El presidente Juan Manuel Santos, dijo hace dos semanas “por primera vez en Colombia, el mayor productor de cocaína, estamos iniciando un plan que solucione definitivamente a campesinos para que produzcan productos legales”, señaló el mandatario, quien afirmó que mientras eso no suceda Colombia seguirá siendo el país mayor productor y exportador.
El mandatario insistió que ya van 80 mil familias que se han vinculado a este programa, del cual señaló, se llegará 50 mil hectáreas sustituidas definitivamente para ser reemplazadas por cultivos de plátano y maíz. “Pero el Estado llegará con todo, con colegios carreteras, hospitales, para que los campesinos tengan unas alternativas dignas”.
Desde la Federación Nacional de Cacaoteros, se tiene el convencimiento de que este cultivo será el ‘cultivo de la Paz’, así fue ratificado por el presidente de la República, Juan Manuel Santos, y el presidente de Fedecacao, Eduard Baquero López.
El mandatario corroboró su apoyo desde la Nación para integrar el sector a la Organización Internacional del Cacao y en diseñar programas especiales de comercialización del cacao colombiano en los mercados externos. Igualmente se adelantará una gran campaña publicitaria en torno a este producto insignia de Colombia, de la misma manera como se ha hecho con el café.
“El cacao ha sido fundamental en materia de sustitución de cultivos ilícitos por cultivos lícitos. ¿Y cuál es un cultivo licito que todo el mundo quiere sembrar? Cacao. Ustedes tienen toda la razón al posicionarse como el producto del posconflicto. Y en ese orden de ideas, ahí vamos a encontrar buenos recursos. La cooperación internacional está muy interesada en financiar esos programas, y que bueno tener un gremio que está dando pruebas de que sabe manejar recursos, que puede administrar y puede intervenir con eficiencia y eficacia en, la ejecución de esos proyectos”, aseguró el Jefe de Estado.
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