El líder de la izquierda radical griega Alexis Tsipras, que hoy recibió mandato de formar gobierno, excluyó la participación de su partido Syriza en una coalición que apoye los ajustes impuestos por la Unión Europea y el FMI a cambio de respaldo financiero.
Teniendo en cuenta la composición del nuevo Parlamento, parecía imposible que Tsipras pudiera formar un gobierno y el país podría verse obligado a organizar nuevas elecciones en junio, estiman la mayoría de los analistas.
Dada esta inestabilidad política, los inversores temen que se interrumpa el plan de rescate internacional y que Grecia decrete una moratoria de pagos.
Las principales Bolsas europeas cerraron este martes con fuertes caídas, tras las elecciones legislativas griegas y la falta de perspectivas de formación de un gobierno estable. Además, Grecia tuvo que aumentar los intereses a 4,69% al emitir bonos del Tesoro.
En este contexto, el presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso recalcó que si Grecia no aplica el plan previsto, caerá en default.
Atenas se comprometió entre otras cosas a aplicar a partir de junio una serie de recortes adicionales por 11.500 millones de euros hasta 2015.
Después de que el líder conservador Antonis Samaras fracasara el lunes en formar una mayoría, Tsipras, benjamín de la escena política griega, recibió, como lo prevé la Constitución, un mandato exploratorio de tres días para formar un nuevo gobierno.
Salido de las urnas como el principal partido de oposición en Grecia después de haber triplicado sus resultados con respecto a los de 2009, el Syriza, de Tsipras, enfrentado a la Nueva Democracia y el Pasok, los viejos partidos pulverizados, hizo una campaña totalmente opuesta a la austeridad y solicitando el cese del pago de una parte de la deuda.
"El veredicto del pueblo (...) excluye un gobierno que aplique el memorándum (que detalla las medidas de austeridad) y el acuerdo de préstamo", dijo Tsipras.
El Syriza pide una renegociación del plan de ajuste de la economía del país.
La sorpresa que provocó el domingo traduce un claro crecimiento de la izquierda en el país, a pesar de la entrada al Parlamento del partido neonazi Amanecer Dorado.
Tsipras, que rechaza las condiciones "bárbaras" de acceso a los préstamos internacionales fijados por la UE y el FMI, excluyó de entrada formar un gobierno con fuerzas antiausteridad que no sean de izquierda, y sobre todo de conversar con Amanecer Dorado.
La única posibilidad para formar un gobierno reuniendo a todos los que se oponen a la austeridad - que dispone de exactamente de 151 escaños de los 300 - debería considerar a Amanecer Dorado que conquistó 21 diputados.
Las divisiones entre los tres partidos de izquierda que en total reúnen 97 diputados frena también la posibilidad de una alianza y el partido comunista KKE excluyó desde ya todo acuerdo de gobierno.
"El país se dirige hacia la catástrofe. Si no hay un gobierno de unidad nacional en los próximos días, parece inevitable que haya nuevas elecciones (...) en junio y la victoria del bloque extremo antirigor de Tsipras es evidente", advirtió el diario liberal Kathimérini en su editorial del martes.
"Los partidos pequeños que hicieron campaña contra el memorándum (el acuerdo con los acreedores del país) no se unirán jamás con los dos partidos (que apoyaban la austeridad), probablemente vamos a volver a tener elecciones", declaró a la AFP Spiros Rizopulos, que dirige una sociedad de comunicación.
"Vamos a utilizar todas las posibilidades para lograr un acuerdo, primero con las fuerzas de izquierda", aseguró sin embargo Tsipras.