Juan Cortés Casas describe lo que significa para él ser uno de los beneficiarios de los centros de Protección Social del Distrito. “Este centro es una bendición de Dios, aquí las personas de la tercera edad lo tenemos todo”, indica el abuelo con voz grata y confiada.
Vestido de botas, gorra y toda la actitud agricultora, don Juan es el orgulloso encargado de cuidar la huerta del Centro de Protección Social Bosque Popular.
Don Juanito nació en 1948 en día bisiesto y a sus 68 años conserva la energía de un quinceañero. Se levanta muy temprano todos los días a cuidar y sembrar lo que ha sido su sueño desde que llegó a este lugar: ser el mejor agricultor.
“Por fecha tendría 16 años, estoy todavía tiernito, donde lleguen a saberlo aquí me sacan. Cuando yo nací no había hambre”, expresó entre risas.
“¡Qué no recibimos! para mí lo máximo, tinto a las 5:30 a.m., con beso incorporado, más tarde agua, desayuno, almuerzo, comida, ropa, médico, paseos… de todo”, dijo.
Fríjol, quinua, variedad de lechugas, arvejas, acelgas, papa, habas y arracacha es lo que siembran los adultos de este lugar para luego venderlos a las personas que los visitan, como una muestra de que todavía tiene mucho que aportar a Bogotá.
“Aquí es sentirse usted en el campo, en medio de la ciudad, en medio de esa selva de concreto, aquí estamos con la naturaleza”, destaca con alegría don Juan.
Dice que están trabajando para que este espacio también se convierta en un enorme banco de semillas. “De eso se trata, de hacer reír a la gente, siembro risas para recoger risas, siembro amor para recoger amor. Yo nací en la selva de concreto y ahora estoy metido de lleno en la huerta”, celebra don Juan. Él es todo un experto en agricultura, sin temor a equivocarse, conoce los nombres de todas las verduras y plantas que están sembradas en Bosque Popular.
Como Juan, son muchos adultos mayores de este lugar que adelantan diversas actividades que hacen parte de su proceso de atención integral en estos espacios del Distrito.
Así es la historia de Óscar Vallejo, otro adulto mayor del centro de protección que ocupa su tiempo en trabajar la madera.
A pesar de una enfermedad respiratoria que lo aqueja y lo obliga a tener oxígeno de manera permanente, esto no ha sido impedimento para que dedique su tiempo a lo que más le gusta y ha dedicado su vida: la marquetería.
“Yo mantengo entretenido todo el día, empiezo a trabajar con la madera a las 6:30 a.m., no me gusta quedarme quieto, no porque me lo exijan sino porque me gusta sentirme ocupado”, sostuvo Óscar.
Marcos para espejos, portalápices, pinturas y las carteleras con los cursos y talleres que se ofrecen en el centro, son algunas de las cosas que trabaja él en este lugar.
Ahora la tarea que ocupará a Óscar será transmitir todos sus conocimientos sobre madera a sus otros compañeros.
El centro del Bosque Popular
Este espacio atiende 150 adultos mayores, y cuenta con cinco cupos de emergencia por si se presenta alguna situación en la ciudad que requiera la atención en este lugar.
En el centro los adultos mayores duermen y cuentan con todas las condiciones de infraestructura, alimentación, cuidado, y formación que necesitan.
“En salud, lo que hacemos es mantener esas redes con la Secretaría y todos los hospitales del Distrito o las IPS a las que las personas mayores se encuentran vinculadas y viabilizar los procesos de salud, citas médicas, pero además hacer todo el seguimiento, mantener los tratamientos”, afirmó Carolina Tapiero, coordinadora del Centro Bosque Popular.
Otro de los ejes que se trabajan en este lugar es el acompañamiento sicológico. “Tratar con las cosas propias de los seres humanos como la sexualidad, que ya en la vejez para algunos es un veto, entonces tenemos un programa muy fuerte que tiene que ver con la sexualidad en la vejez y poderles garantizar a ellos todas esas relaciones afectivas que se desarrollan en el centro de protección”, informó la funcionaria.
Así mismo, se trabaja en la ocupación humana tratando de potenciar las habilidades que los adultos mayores han desarrollado a lo largo de su vida y poder descubrir las que no pudieron adelantar.
“Este año vamos a trabajar fuertemente en las habilidades cognitivas de las personas mayores como la concentración y la memoria con el fin de prevenir deterioros posteriores”, manifestó Tapiero.
En la actualidad el Distrito cuenta con 17 Centros de Protección Social, dos de ellos son operados directamente por la Secretaría de Integración Social y 15 tercerizados. Las acciones que se desarrollan en estos espacios buscan dignificar a las personas mayores y promover un envejecimiento activo como lo agradece don Juan, donde considera que puede pasar el resto de sus días pleno de felicidad.