Los obispos reunidos en el Vaticano para el sínodo confirmaron este sábado en un mensaje de clausura el deseo de seguir "reflexionando" sobre el acceso a la comunión para los divorciados que se vuelven a casar, entre los asuntos más debatidos por la jerarquía de la Iglesia católica.
El mensaje, divulgado al término de dos semanas de encendidos debates y reuniones sobre las transformaciones que vive la familia moderna, reitera la voluntad de la Iglesia de no excluir a nadie.
"Cristo quiso que su Iglesia sea una casa con la puerta siempre abierta, recibiendo a todos sin excluir a nadie", recalca el mensaje de clausura.
El texto reconoce que se asiste a "no pocas crisis matrimoniales" y que existen "nuevas relaciones, nuevas parejas, nuevas uniones y nuevos matrimonios".
Los obispos anuncian que seguirán con "la reflexión" sobre autorizar la comunión a los divorciados vueltos a casar y sobre el reconocimiento de las uniones libres, lo que constituye una apertura a esos temas.
En el mensaje no se menciona a las parejas homosexuales, argumento abordado en el borrador de trabajo y que había generado una batalla interna contra el inédito tono tolerante de la jerarquía de la Iglesia hacia la homosexualidad.
El mensaje de clausura fue divulgado pocas horas antes de que los obispos voten este sábado un documento final, que debería proponer cambios sobre asuntos tabú como los divorciados y las convivencias.
El mensaje reitera que el matrimonio católico es "indisoluble", aunque reconoce "que la fidelidad al amor conyugal es un desafío".
Con la votación e informe final se concluye sólo la primera etapa del recorrido de dos años propuesto por el papa Francisco sobre la posibilidad para la Iglesia de efectuar aperturas hacia la homosexualidad, los divorciados, las uniones libres.
"Se trata sólo de una primera etapa", insistieron durante una conferencia de prensa los cardenales Raymundo Damasceno Assis, de Brassil y Gianfranco Ravasi, de Italia.