El presidente socialista francés François Hollande podría verse obligado a efectuar un cambio de gabinete en momentos en que aparecen divisiones tanto en la izquierda como la derecha sobre la estrategia a adoptar de cara a las municipales del domingo contra el avance de la extrema derecha.
Tras la bofetada recibida el domingo pasado por el partido socialista en la primera vuelta de las elecciones municipales, Hollande anunciará una "nueva etapa" de su quinquenio con un gobierno más "concentrado", resumió el miércoles el primer secretario del partido socialista, Harlem Desir
Según la portavoz del gobierno Najat Vallaud-Belkacem, durante el consejo de ministros el jefe de Estado llamó a su gobierno a "escuchar a los franceses" y a "trabajar en favor de la recuperación más rápida de este país con más energía, coherencia y justicia social".
Si Hollande decide un cambio de gabinete, es posible que sustituya al muy criticado primer ministro Jean-Marc Ayrault.
La gestión del ex alcalde de Nantes (oeste) sin brillo ni carisma, estuvo sembrada de fiascos al frente de un equipo que incluso algunos ministros califican como demasiado numeroso (siete ministros para economía, cinco para relaciones exteriores...).
Este ex profesor de alemán cristaliza todos los descontentos en momentos en que Francia tiene dificultades para salir de la crisis económica y revertir el desempleo.
Desde hace varias semanas abundan rumores de su sustitución por Manuel Valls (Interior), Claude Bartolone (presidente de la Asamblea nacional) o Laurent Fabius (canciller).
Más allá de las municipales cuya segunda vuelta tendrá lugar este domingo, el calendario de François Hollande, muy impopular, le impone nuevas orientaciones.
"Habrá que aclarar rápidamente la situación" para salir "a la conquista del corazón de los franceses", destaca un peso pesado del gobierno que prefirió mantener el anonimato.
En mayo habrá elecciones europeas y en 2015 comicios regionales, antes de las próximas presidenciales y legislativas en 2017.
En lo inmediato, Francia debe transmitir a fines de abril a la comisión europea una versión actualizada de su programa de estabilización, incluyendo los detalles de los 50.000 millones de euros de ahorro en gasto público prometidos por el presidente para 2017.
Hollande también comprometió la responsabilidad de su gobierno en un "pacto de responsabilidad" destinado a aliviar el costo del empleo a cambio de nuevas contrataciones por las empresas.
- El avance de la extrema derecha -
El domingo pasado, la primera vuelta de las municipales estuvo marcada por una importante cantidad de abstenciones --36,4% de los electores no concurrieron a las urnas-- que beneficiaron al Frente Nacional (extrema derecha).
Se atribuyeron unas 30.000 alcaldías y quedan unas 6.000 por designar el próximo domingo, incluyendo casi todas las grandes ciudades.
El FN, que desde hace años intenta revertir la demonización de su imagen, espera recuperar entre diez y quince municipios.
Tras encabezar el escrutinio en 21 comunas, la extrema derecha estará presente en la segunda en 315 contiendas, contra 119 en 1995. Entre 1995 y 2001, este partido ya había administrado algunas ciudades del sur de Francia, con resultados contrastados.
En aquella época, las alcaldías "quisieron hacer de su ciudad una vidriera ideológica, y se equivocaron", pero "ese error no volverá a cometerse", aseguró la presidente del Frente Nacional, Marine Le Pen.
Entre las dos vueltas hubo controversias en filas de la izquierda, con alianzas y desistencias varias.
En Béziers (sur), el candidato socialista, que llegó tercero, se negó a retirarse como se lo pidió su dirección desde París. También en el sur, en Frejus y Perpiñán, los socialistas se retiraron a regañadientes o incluso derramando lágrimas, en beneficio del candidato de la derecha frente al FN.
En algunas ciudades hubo alianzas entre socialistas y candidatos de la izquierda radical, hasta ahora opositora al gobierno de socialistas y ecologistas.
Eso ocurrió en Aviñón (sur), Rennes (oeste) o Montreuil, en los suburbios de París.
En la capital, tras encabezar la primera vuelta desmintiendo todos los pronósticos, Nathalie Kosciusko-Morizet (UMP, oposición de derecha) logró cerrar filas pero su adversaria socialista Anne Hidalgo también se cubrió las espaldas mediante un acuerdo con los Verdes.