Con el vencimiento, a finales de este año, de los contratos con los que durante 13 años el sector privado ha manejado 25 colegios públicos de Bogotá, volvió a ponerse sobre la mesa la polémica en que se han visto envueltos los colegios en concesión desde que Enrique Peñalosa, como alcalde mayor de Bogotá, y su secretaria de Educación, Cecilia María Vélez, implementaron el modelo.
En un debate de control político en el Concejo de Bogotá, las diferentes bancadas dejaron constancia de división por ese modelo educativo en la capital.
La Administración distrital propone replantear el modelo y solo renovar contratos a aquellos colegios que durante este tiempo han demostrado una excelente calidad.
Las bancadas del Partido Social de Unidad Nacional (La U) y la Alianza Verde hicieron una defensa a este modelo, mientras que los concejales del Polo Democrático Alternativo reafirmaron en sus críticas y pidieron declarar el fin de la alianza.
Así mismo, los cabildantes bogotanos solicitaron a la Secretaría de Educación que adelante de manera urgente las acciones necesarias y a tiempo para que se tome una decisión sobre el futuro de estos colegios.
Para el concejal Juan Carlos Flórez, de la Alianza Social Independiente (ASI), la alcaldía de Gustavo Petro debe actuar con claridad con base en los cerca de 40.000 menores y sobre todo con sus padres al momento de tomar una decisión de si continúan o no los contratos con los colegios en concesión.
“Mi petición fundamental es que la Administración distrital, sea cual fuere la decisión que adopte, ponga la cara, con honestidad y claridad a los estudiantes y a los padres de familia”, explicó el concejal Flórez.
Los concejales defensores de los colegios en concesión piden preservar esta Alianza Público-Privada (APP) por sus logros en cuanto a disminución de la deserción escolar, mejoras en el rendimiento académico, espacios con propuestas pedagógicas innovadoras, avances en calidad y cobertura de los estudiantes de estas 25 instituciones administradas por nueve concesionarios privados.
Hoy el modelo cuenta con 39.648 estudiantes matriculados en jornada completa (40 horas semanales), es decir, un 4 por ciento del total del alumnado escolar bogotano.
Los concejales coincidieron en que el propósito no es descalificar a las instituciones que han prestado un servicio a la educación de la ciudad por la vía de la concesión, sino que, en palabras del concejal Celio Nieves, del Polo, “hay una realidad jurídica y legal, porque en el corto tiempo todos estos contratos se vencerán y queremos nosotros saber desde ahora y no cuando estén por acabarse, cuál es la postura del Gobierno distrital frente a estas concesiones”.
Para los concejales del Polo Democrático estas instituciones educativas deben responder por una educación de alta calidad que incluya jornada única, preescolar de tres grados, bilingüismo, docentes, directivos, administrativos con estabilidad laboral, mejores salarios y con formación en especializaciones, maestrías y doctorados.
Durante el debate, la concejala Jimena Toro, de La U, denunció el mal estado en que se encuentran varios colegios, entre ellos, el José Francisco Socarrás, que tiene siete años de construido pero que no ofrece buenas instalaciones para brindar una educación de calidad.
Sobre los colegios en concesión, Toro dijo que “tienen resultados importantes en tres ámbitos fundamentales: pruebas Saber satisfactorias, administración de los recursos educativos y acceso a educación de calidad. En el 2012, el 56 por ciento de los colegios concesionados estaba en nivel alto y el 34 por ciento en nivel superior en las pruebas Saber, tienen buenos ambientes convivenciales, innovación en modelos pedagógicos y buen manejo de los recursos públicos otorgados”.
Sin embargo, argumentó la cabildante, “no se puede negar que si bien el modelo es bueno y eficiente se tienen que hacer mejoras que satisfagan las relaciones de la comunidad educativa y la Administración distrital con los actores del sistema bogotano”.
La concejala verde Lucía Bastidas se declaró a favor de los colegios en concesión por los buenos resultados que estos han arrojado en el tiempo que llevan con el modelo y dijo que estos establecimientos educativos concesionados han favorecido a sectores populares y marginados como Ciudad Bolívar, Usme, entre otros sectores porque han brindado mayor calidad de educación e integrado la Escuela de padres.