"Divide y reinarás", logró de Maduro con oposición | El Nuevo Siglo
AFP
Martes, 24 de Octubre de 2017
Pablo Uribe Ruan

Henrique Capriles, excandidato presidencial, anunció que abandona la MUD, tras la juramentación de cuatro gobernadores de Acción Democrática ante la Constituyente. Al final, el único ganador de todo esto es el chavismo, que consolida su proyecto autoritario

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“Mientras Ramos Allup esté en la MUD, yo no voy a seguir allí”,  dijo Henrique Capriles, ayer, visiblemente molesto por la juramentación (o subordinación en términos chavistas) de cuatro gobernadores opositores ante la Asamblea Nacional Constituyente, calificada de “fraudulenta” e “ilegal” por la dirigencia opositora. “Llegó el momento de sacar el tumor. Llegó el momento que refundemos la Unidad”, añadió el líder de Primero Justicia, demostrando las fisuras que, al interior de la oposición, dejaron las elecciones regionales.

Una vez más, Nicolás Maduro se salió con la suya. No se trata de una simple movida de magistrado de un tribunal a otro, o de un amaño de votos, como las veces pasadas. Esta vez ha logrado dividir a la oposición venezolana, agrupada hasta ayer en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Unos le echan la culpa a Acción Democrática (AD), tradicional partido del que hicieron parte líderes como Rómulo Betancur; otros prefieren señalar a las circunstancias políticas como responsables de la decisión política. En esa repartición de verdades, el principal señalado es Henry Ramos Allup, el frío y calculador político adeco –como se le conocen a los de AD- promotor de, según los otros partidos de la oposición, que los gobernadores miembros de su partido se juramentaran ante la Constituyente.

Lo cierto es que Maduro lanzó el anzuelo y la oposición, fragmentada en numerosos partidos, lo mordió, quedando paralizada en la encrucijada post-electoral. A comienzos de agosto, la Constituyente chavista anunció que abría las inscripciones de candidatos para los comicios a gobernadores. A partir de entonces, la oposición empezó a mostrar fricciones, diferencias y, sobre todo, falta de liderazgo.

Luego de unos días marcados por el silencio, Ramos Allup, convencido de que iba ganar algunas gobernaciones, dijo que participaría en las regionales con su colectividad, causando un revuelo inicial en la dirigencia opositora. ¿Y, los 120 muertos de las marchas contra el régimen? ¿Y, la escasez de alimentos y medicinas?

Ramos Allup respondió que “prefería” participar a dejar en manos del chavismo las 23 gobernaciones. El partido de Capriles y Julio Borges (presidente del Parlamento), Primero Justicia, se guio por la misma lógica y reconoció que participaría en las elecciones, al igual que Voluntad Popular, de Leopoldo López. La única que se apartó fue María Corina Machado, cuyo partido determinó que no había garantías para participar.

Poder electoral

Es difícil determinar qué tanto tiene  de política la decisión de Acción Democrática y qué tanto de personal. Es claro, por ahora, que al ganar las elecciones el partido de Ramos Allup optó por cumplir las normas de un órgano que califica de “ilegítimo”, presentándose ante la Constituyente, que determinó que todo gobernador debía “subordinarse” ante esta instancia, pues  de no hacerlo, sería destituido.

Por facilismo y comodidad, ¿cedió ante la amenaza del chavismo? Todo indica que sí. Los adecos han preferido gobernar bajo las estrictas normas oficialistas, antes que, como dice el único gobernador no juramentado, Tomás Guanipa (el Zulia), cumplir la Constitución, cuyo texto determina que los gobernadores deben juramentarse ante el Comité Legislativo de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.

Este cálculo, sin embargo, es de orden político. Los adecos dicen que prefieren hacer oposición sin la amenaza de la destitución; Guanipa, de Primero Justicia, calcula que es ilegítimo cualquier acto ante la Constituyente. Al final, todo depende desde dónde y cómo se mire.

Haciendo un repaso de los hechos, Borges y Capriles aceptaron participar en las elecciones regionales, que fueron citadas por la Constituyente, la misma que está pidiendo ahora que los gobernadores se juramenten ante ella. Si participaron, ¿no reconocieron implícitamente su legitimidad?

Poco a poco, el chavismo ha ido ganando lo que buscaba: legitimidad. Cuatro gobernadores opositores se juramentaron ante la Constituyente, proyecto autoritario del chavismo.  “Siempre hemos defendido los principios y valores democráticos. Seguimos completamente en la lucha. Esa fue una decisión personalísima”, dijo Williams Dávila, diputado adeco.

Al mismo tiempo, la gobernadora del Táchira, Laidy Gómez, explicó que Ramos Allup “lo advirtió, nos dijo que nos iba arrastrar y eso fue exactamente lo que sucedió”. Se refiere a que serán expulsados de la colectividad por ir al acto de juramentación ante la Constituyente.

En algo, ¿se salva Ramos Allup? “En Acción Democrática no se mueve un lápiz sin su autorización”, dijo Capriles, luego de anunciar que se retiraría de la MUD. Según parte de la dirigencia opositora, la decisión de juramentarse ante el chavismo fue consensuada. “No vengan ahora con expulsiones ficticias. Venezuela y los venezolanos merecen respeto”, indicó el excandidato presidencial.

En coma  

Más allá de los cálculos políticos, la MUD ha demostrado que sus miembros tienen diferencias personales, acentuadas tras las elecciones. Capriles calificó a Ramos Allup de “tumor”, mientras que el líder adeco insinuó que la campaña del excandidato presidencial fue financiada por Odebrecht.

La oposición, que busca sacar al chavismo del poder, parece haber perdido el foco. “Ya es un coma retardado. Ya lo que le toca es la eutanasia. Debían abrirse a la sociedad, tener un plan único, dejar las agendas individuales de lado y convocar más a la ciudadanía”, le dijo Juan José Rendón (J.J) a CNN, tras la juramentación de los gobernadores.

El nuevo panorama opositor es incierto. Aparentemente, la colectividad de Capriles y Borges puede fundar una “nueva unidad” de la mano con Voluntad Popular y otras fuerzas minoritarias. Pero no deja de ser cierto que, como quedó demostrado en estas elecciones, las diferencias políticas y personales pueden generar un nuevo rompimiento.

Sea lo que sea, el chavismo es el único que gana. La memoria no falla. Acorralado por las protestas, Maduro dijo que la oposición estaba “dividida”. Se equivocó en el tiempo. Pero acertó en el comentario.

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