Miles de personas celebraron con una marcha en Santiago de Chile el Día Internacional de los Trabajadores, que se vio manchada por incidentes violentos aislados que dejaron 40 detenidos y 20 personas heridas, una de ellas de gravedad.

El balance preliminar de Carabineros habla de 13 personas y 7 carabineros heridos, uno de ellos de gravedad, en una marcha que fue "el doble de masiva, con menos detenidos y menos destrozos que la que se llevó a cabo durante 2013", informó el intendente metropolitano de Santiago, Claudio Orrego, en un comunicado.

La manifestación transcurrió de forma pacífica a través de la Alameda, una de las principales avenidas de la ciudad, recuperando por primera vez en varios años el trayecto que pasa por delante del Palacio de La Moneda, hasta llegar al final del recorrido, donde tuvieron lugar los discursos de clausura.

Poco después, grupos encapuchados protagonizaron una serie de incidentes violentos aislados, que llegaron a incluir cócteles molotov, pero que fueron finalmente reprimidos por los propios participantes de la marcha, empeñados en que ésta conservara su carácter pacífico.

Las fuerzas de seguridad llegaron a recurrir a gases lacrimógenos. Los incidentes continuaron una vez finalizado el evento y provocaron daños materiales.

Los actos violentos fueron condenados por la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores, Bárbara Figueroa, organización que convocó la marcha.

"Aquí nadie se identifica, siempre es una turba que nunca tiene rostro, solo tiene radicalidad en un discurso. No proponen, lo único que nos dicen es que tenemos que hacer las cosas como a ellos les gusta, porque si no tenemos que ser presa de sus ataques", afirmó.

En el acto, convocado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), participaron la ministra y el subsecretario de Trabajo, Javiera Blanco y Francisco Javier Díaz, así como el portavoz del gobierno, Álvaro Eizalde.