Después de una reunión entre el Alcalde (e) de Bogotá, Rafael Pardo, el comandante de la Policía Metropolitana, General Édgar Sánchez, la secretaria de cultura del Distrito, Clarisa Ruiz, el director de Idartes, Santiago Trujillo, además de representantes de la Secretaría de Gobierno, el Instituto de Patrimonio Cultural, y practicantes del arte del grafiti, el Distrito reiteró su compromiso con una política humana y no represiva para este arte en la ciudad.
“El general Sánchez fue muy claro en afirmar que se iba a respetar el enfoque que se estaba adelantando con la mesa de grafiti y el enfoque del decreto 75 de 2013, que señala que se debe fomentar su práctica de manera responsable. El grafiti es hoy una de las manifestaciones culturales y artísticas más desarrolladas del nuevo siglo y debe ser tratado como una práctica artística y no como una situación de crimen o de inseguridad. Este es el enfoque que va a prevalecer”, aseguró Clarisa Ruiz, secretaria de Cultura.
Además anunció que se seguirá trabajando en los procesos de la mesa de acuerdos con el movimiento grafitero, para determinar los espacios libres para desarrollar este arte y su regulación, con un enfoque de seguridad humana donde no se criminalice a los jóvenes.
Por otra parte, el comandante de la Policía Metropolitana, General Édgar Sánchez, dijo que la policía fue la que tomó la iniciativa de limpiar los muros de la calle 26, y reconoció que la fuerza pública se extralimitó en su labor.
Como parte de los acuerdos discutidos, se buscará que la Policía Metropolitana tenga conocimiento del decreto y se respeten los acuerdos del Distrito y los artistas del grafiti en una política de concertación.
“La idea es que haya un conocimiento mutuo, corresponsabilidad mutua y hacia eso nos encaminamos, creemos que esta es la política más efectiva, la que ha buscado implantar Bogotá Humana desde hace dos años”, afirmó la funcionaria.
Por su parte, los practicantes de grafiti hicieron varias peticiones en la reunión, entre las que están:
1. Se debe garantizar la integridad y vida de los practicantes de grafiti. Entendiendo el nuevo intento de "limpiar" el grafiti por la policía, se debe garantizar que ante el evento de prácticas en los lugares prohibidos se deben aplicar las sanciones contenidas en el decreto 75 de 2013 que limitan el uso de la fuerza. Por supuesto, a toda costa de debe evitar el abuso policial.
2. Coordinar con la policía la comunicación de la nueva propuesta frente al grafiti ilegal: se debe tener mucho cuidado, en búsqueda de evitar excesos y riesgos, al comparar esa práctica con un crimen y al grafitero con un criminal. Se debe evitar mencionar que la presencia de grafiti genera inseguridad per se por el daño que esta afirmación le puede causar a todo el movimiento y por las experiencias y testimonios que desestiman esas propuestas.
3. Dar continuidad y apoyo a lo construido: se solicita que todos los avances en términos de programas, planes e incentivos a la práctica del grafiti se mantengan en cabeza de la Secretaria de Cultura y del Idartes. Y se fije una agenda de construcción de política de juventud a través del grafiti.
4. Buscar acuerdos previos: se solicita a la Policía y a la Alcaldía poner a consideración planes como los establecidos los días pasados, para determinar la posibilidad de un acuerdo o de la fijación de acciones compensatorias.
5. Se reconozca al grafiti -públicamente- como una práctica cultural de alto valor cultural para la ciudad y se inste a los artistas al respeto de las normas establecidas.
6. Protección del patrimonio grafiti fruto de las convocatorias: se solicita que el grafiti que sea fruto de las convocatorias y del acuerdo con el propietarios sea protegido de la publicidad ilegal y de la propaganda política.
La mesa de concertación entre el movimiento grafitero, el Distrito y las autoridades seguirá en marcha, con el fin de construir una política para esta manifestación cultural.