Drásticas medidas ambientales está tomando la Secretaría Distrital de Ambiente para evitar que el tráfico de especies silvestres hacia el interior del país se siga convirtiendo en un delito recurrente. El trabajo en equipo entre la secretaría y las autoridades ha permitido el decomiso de más de 13 mil especies animales al centro del país.
Los operativos de control han sido una de las estrategias que mejores resultados ha dado ya que ha permitido que en los últimos cuatro años se hubieran enviado al Centro de Recepción de Fauna Silvestre 13.423 animales.
Las estadísticas indican que hay algunas especies de animales silvestres que son las que más intentan entrar a la capital. El listado oficial del Distrito reveló que entre los más apetecidos están las aves, con cinco especies, seguido de tres clases de tortuga, una de mamífero y una reptil, que en su mayoría habitan sitios del Magdalena Medio Colombiano, la Costa Atlántica y los Llanos Orientales.
Los más decomisados
El primer lugar es para el perico bronceado, una pequeña ave con plumaje verde y algunas manchas rojas que habita en las regiones Caribe, Andina y Pacífica, en selvas secas y bosques húmedos, y que se alimenta de flores y frutas. En promedio, al año son decomisados 400 de estos pericos en Bogotá, especie que se distribuye desde el sur de México hasta Venezuela.
La tortuga icotea del Caribe, apetecida por los traficantes en Semana Santa para comercializar su carne y huevos, ocupa el segundo puesto en la lista de la SDA. Esta tortuga de agua dulce con marchas naranjas es endémica de ríos y ciénagas de la Costa Atlántica de Colombia y Venezuela, y según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) está amenazada. Al año el Centro de Fauna recibe cerca de 350 individuos de esta especie.
Otra ave ostenta el tercer puesto de los más traficados. Se trata de la lora real, un “alado” verde de hasta 38 centímetros con pequeñas manchas amarillas, azules y rojas. Habita las selvas tropicales, llanos y bosques de Colombia, Perú, Brasil y Venezuela. 320 loras reales llegan al “hogar de paso” de la SDA cada año.
El cuarto puesto es para la tortuga morrocoy, que cuenta con un promedio de ingresos de 300 individuos al año al Centro de Fauna. En Colombia habita en bosques y sabanas del norte del Chocó, región Caribe y los Llanos Orientales. Es una especie terrestre que alcanza hasta los 37 centímetros de longitud, y cuenta con escamas en el caparazón de color naranja, amarillo y rojo. Se considera en peligro crítico de extinción.
La cotorra carisucia, ave de 25 centímetros con plumaje amarillo verdoso, se encuentra en el 5 puesto. En el país vive en matorrales, manglares y selvas de sitios cálidos como el valle del Sinú, la Costa Atlántica, el Magdalena Medio, los Santanderes y la Orinoquia. Al año, son decomisados cerca de 280 animales de esta especie.
El 6 lugar es para el cascabelito, un ave con plumaje verde y manchas amarillas y azules que no supera los 13 centímetros. En Colombia habita en las regiones Andina y Orinoquia, principalmente en montañas y claros con árboles dispersos.
Con un promedio de 95 animales al año decomisados, la tortuga charapa se ubica en el 7 lugar del ranking. Habita en los ríos y lagunas de los departamentos del Caquetá, Putumayo, Amazonas y Meta. Alcanza hasta los 40 centímetros de longitud, y tienen un caparazón de color verde oscuro. En Colombia es considerada una especie en peligro de extinción, ya que son apetecidas por su carne y como mascotas.
En penúltimo puesto es para el mono tití gris, un mamífero de 22 centímetros que habita en el norte y centro de Colombia. Se caracteriza por tener una larga cola, que supera la longitud de su cuerpo. Su pelaje es café, con tonos plateados. 40 de estos micos, considerados en peligro de extinción, llegan al centro de fauna al año. El “top 10” termina con la boa constrictor, una especie que vive en la cordillera de Los Andes y los llanos del Caribe y el Pacífico.