Para impedir el riesgo de incumplir los objetivos de las metas del plan de desarrollo, el contralor de Bogotá, Diego Ardila, pidió corregir deficiencias como la utilización de 337.779 millones de pesos de créditos contratados y no desembolsados, algunos de ellos suscritos en 2006 y 2007, porque la Administración ha preferido pagar sanciones antes que utilizarlos.
“Esta situación demuestra falta de gestión y gerencia en los proyectos que no se compadecen con las necesidades sentidas que tiene la ciudad en materias de obras de infraestructura, malla vial, movilidad, educación y salud entre otros”, explicó el contralor.
Frente a las deficiencias en el manejo de riesgos, Ardila denunció que la Secretaría de Hacienda Distrital ha tenido que pagar sobrecostos por operaciones de coberturas de riesgo realizadas sobre la deuda externa contratada en dólares, que significaron entre 2004 y 2010 190.367 millones de pesos y a marzo de 2013 se estiman costos nominales por este concepto por 76.702 millones de pesos.
Por esta razón, la Contraloría de Bogotá considera que se deben revisar las políticas implementadas en la mitigación del riesgo de la deuda y explorar otras alternativas que no sólo cubran los riesgos cambiarios o de otro tipo sino que preserven las finanzas de la ciudad.
De otra parte, con los recursos del cupo de endeudamiento se pretende cubrir el compromiso del Metro que tiene el Distrito con la Nación, según documento del Conpes, luego, si no se obtienen los recursos vía endeudamiento, no tendría cómo cumplir dicho compromiso. Así mismo, no ha definido, con claridad, qué proyectos serán financiados con los 4,3 billones de pesos de recursos del crédito especialmente en materia social.
Para el contralor Ardila, es claro que las obras públicas contribuyen de manera directa al crecimiento de la economía del Distrito, por lo que se deben utilizar los distintos mecanismos de financiación existentes, entre ellos, el de contribución por valorización y el endeudamiento, no obstante, esta situación obliga a la Administración a ejercer una efectiva gerencia pública donde se aumente la ejecución del gasto, se construya en términos de oportunidad y calidad las obras públicas y se utilicen de manera prudente los recursos del crédito en aras de no afectar la sostenibilidad financiera del Distrito y la confianza de la ciudadanía en la institucionalidad.
En cuanto a La sustitución de la fuente de financiación de la contribución de valorización por cupo de endeudamiento, el estudio de la contraloría demuestra que estaría desfinanciando el Plan de Desarrollo, como quiera que ambos mecanismos hacen parte de la estrategia financiera.
“En el Plan de Desarrollo se contempló como mecanismo de financiación de los 61,1 billones de pesos de 2012, el endeudamiento a través de un nuevo cupo de endeudamiento por 4,3 billones de pesos y los recursos de valorización por 1,8 billones de pesos, que en conjunto suman 6,1 billones de pesos. Por lo tanto, si se deja o reduce el recaudo de dichos recursos de valorización y/o se reemplaza esta fuente por recursos de crédito sin que se genere otra que los compense, se estarían desfinanciando proyectos que inicialmente se realizarían con recursos de endeudamiento”, señala el organismo de control.
Preocupa a la Contraloría de Bogotá el hecho que debido a la financiación de obras de valorización con recursos del cupo de endeudamiento se estén desfinanciando obras que requiere el sector social, contempladas a financiar con cupo de endeudamiento en el plan de desarrollo, como la construcción, reforzamiento estructural y remodelación de jardines infantiles, la construcción, adecuación y/o mejoramiento de parques metropolitanos, zonales y/o escenarios vecinales y la adecuación, mantenimiento y dotación de unidades de protección integral y dependencias del Idipron.
Así mismo, dijo el contralor Ardila que aunque no se ha dado óptimo cumplimiento a los Acuerdos de Valorización vigentes, en cuanto al desarrollo de obras para la ciudad, tal como se manifestó en la exposición de motivos de los proyectos de acuerdo, presentados al Concejo de Bogotá, aunado al descontento de la ciudadanía por errores en la facturación, este organismo de control considera válida la contribución por valorización como un elemento fundamental para la financiación de obras, no obstante, se deben buscar mecanismos que corrijan las inequidades y falencias técnicas que se pudieron haber presentado en el cálculo y no proceder a derogar totalmente dichos acuerdos.