Incluso se ha llegado a opinar que la construcción del sistema de riego está en peligro por el concesionario que ganó la licitación. Una de las empresas que hacen parte del contratista se declaró en quiebra, algo que para el senador Rodrigo Villalba, del Partudo Liberal, es el principio del “marchitamiento” de la empresa.

“Una obra por 95.000 millones de pesos donde el departamento aporta 40.000 millones de pesos y el resto la Nación, que con la permisiva interventoría desembolsaron al ejecutor 65 por ciento del valor del contrato, cuando tan solo hay un avance de obra cercano al 25 por ciento, con plazos vencidos en su ejecución, inestabilidad de los representantes del consorcio en el proyecto, incumplimiento en el pago a subcontratistas y proveedores, y escaso personal del contratista en la obra. Pareciera que estuviéramos presenciando el colapso de una lucha de mucho tiempo, proyecto no solamente de sus usuarios, sino de todo el Huila, que al malograrse estaríamos nuevamente frente a una gran frustración”, dijo Villalba.

El congresista expresó sus preocupaciones a través de una carta a la contralora Sandra Morelli para que se investigue al consorcio Interriego y puedan tomar las medidas que considere convenientes para prevenir una “hecatombe” con los recursos departamentales.

El exgobernador del Huila, Luis Jorge Sánchez, del Partido Conservador, cree que las versiones sobre el atraso de las obras son “satanización” porque con algunos retrasos el calendario se viene cumpliendo correctamente.

“Yo creo que han ido satanizando las cosas. Es esa mentalidad pequeña que nos agobia, donde por algunas cuentas o alguna necesidad de los contratistas que le prestan los servicios al ejecutor del proyecto, muy seguramente haciendo alarma donde no la hay. Si tenemos en cuenta que un proyecto que cuesta 95.000 millones y ya han ejecutado en un 43 por ciento la obra, pues ahí va con un desembolso de 43.000 millones de pesos”, dijo.