Distinguen en oposición a gobierno y a sistema | El Nuevo Siglo
Lunes, 24 de Noviembre de 2014

En medio del malestar que se produjo en la Comisión Segunda del Senado por el trámite de los ascensos de militares, tal como lo registró EL NUEVO SIGLO la semana pasada, el pulso principal se dio entre las tres senadoras del Centro Democrático y el único senador del Polo Democrático, con asiento en esa célula legislativa.

 

Mientras Iván Cepeda planteó dudas sobre la oportunidad de ascender a altos oficiales sobre los que para él caía la sombra de conductas posiblemente irregulares, las senadoras Ana Mercedes Gómez, Thania Vega y Paola Holguín defendieron el procedimiento y las hojas de vida.

Ayer Cepeda tuiteó que “frente asuntos como el de los ascensos de generales en las Fuerzas Militares se dilucida cuál es la verdadera oposición en este país”.

Que un partido de derecha o una fracción de él se oponga a un gobierno no es nuevo en Colombia. Para no retroceder mucho en el tiempo, el Partido Liberal estuvo fuera del llavero de los amigos del uribismo durante casi ocho años.

Lo que es nuevo es que esa oposición de derecha a un gobierno tenga una presencia tan amplia en el Congreso y sea liderada por un expresidente.

Al respecto, el director del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, le dijo a este Diario que su colectividad “le ha dado muestras al país de cómo se puede ejercer de manera constructiva. Es una oposición que actúa de manera coherente y construye confianza y credibilidad entre nuestros electores, es una esperanza para los colombianos”.

Zuluaga reconoció que “hemos salvado proyectos de ley. Eso muestra que tenemos una posición constructiva. La mejor muestra de lo que hemos hecho en el Congreso: facilitar el quórum, aprobar cosas cuando los miembros de la Unidad Nacional no aparecen. Siempre el uribismo está defendiendo sus posiciones, pero actuando con responsabilidad”.

El senador uribista Ernesto Macías pidió en agosto durante una sesión plenaria respeto para la oposición que representa el Centro Democrático luego de que, desde el punto de vista del congresista, el ministro del Interior “dio por un hecho que el hacker representa la política del Centro Democrático. ¡Ojo con eso señor ministro! Esa no es la forma de tratar a la oposición, aquí estamos diciendo: somos opositores pero no criminales, y el hacker es criminal, desde luego, lo están investigando”.

Sin embargo, desde el Polo se plantea que una es la oposición al gobierno, que enarbola el uribismo, y otra la oposición democrática al sistema

El senador polista Jorge Enrique Robledo le dijo hace poco a El Espectador algo que ya le había planteado a este Diario: “Nosotros defendemos un Polo ‘ni-ni’: ni con Santos ni con Uribe, porque no hay cómo sustentar, en el programa, que haya que tomar partido entre las fracciones del bloque de poder que ha mal gobernado el país”, agregando que “el Polo no puede respaldar a ningún cargo, a ningún candidato que tenga el respaldo de Juan Manuel Santos o de Álvaro Uribe”.

Ya Robledo y el representante por Bogotá, Alirio Uribe, voceros de las bancadas de la colectividad en el Congreso, expresaron en agosto, a través de un comunicado divulgado al día siguiente de la posesión de Santos para su segundo mandato, que el actual mandatario en “el anterior periodo presidencial, profundizó las condiciones de marginamiento de la población colombiana, promovió reformas donde no se evidenció voluntad política alguna para erradicar las problemáticas estructurales que agobian a nuestra nación”, agregando que “nuestra concepción democrática nos ubica de manera inevitable en la oposición al actual gobierno y como opción alternativa a sus políticas neoliberales. Nuestra postura no es el simple rechazo a la venta del país; es la defensa de la soberanía nacional, de los derechos de los pueblos y de la búsqueda de una Nación que determine libremente su rumbo, sin acuerdos leoninos como los tratados de libre comercio que destruyen el agro y a industria”.