No hay que "dar nada a cambio" de la disolución de la organización armada independentista vasca ETA, afirmó este miércoles el jefe del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, tras el anuncio de una primera inutilización de armas del grupo.
"No les tenemos que dar nada a cambio porque se disuelvan", aseveró Rajoy en respuesta a una pregunta formulada por el portavoz parlamentario del Partido Nacionalista Vasco, Aitor Estaban, durante el anual debate del Estado de la Nación.
El 21 de febrero en el País Vasco, la Comisión Internacional de Verificación, un grupo de expertos no reconocido por Madrid que realiza el seguimiento del alto el fuego de ETA, anunció que en enero la organización separatista vasca había "sellado y puesto fuera de uso operativo una cantidad determinada de armas" por primera vez.
Paralelamente, un vídeo difundido por varios medios mostraba a dos militantes de ETA con el rostro oculto presentado las armas a dos de estos expertos.
Rajoy mantuvo también una avivada discusión con el portavoz de la coalición independentista vasca Amaiur, Mikel Errekondo, que lo acusó de "inmovilismo" y de haber "insultado" a la comisión, algunos de cuyos miembros fueron interrogados el domingo por la justicia española.
"Si su gobierno es incapaz de solucionar los problemas del conflicto político que les enfrenta al pueblo vasco, disuélvanse ustedes por su incapacidad", arremetió Errekondo.
"¿Alguna vez ha hecho examen de conciencia?, ¿se ha parado a mirar hacia atrás y pensar que ha hecho?", respondió Rajoy, aludiendo al pasado de la izquierda separatista vasca, que en ocasiones justificó la violencia de ETA.
"La mejor aportación que podría hacer hoy en día usted a los intereses generales de este país es exigiéndole a la organización terrorista ETA que se disuelva", insistió el jefe de gobierno.
Responsable de la muerte de 829 personas durante cuatro décadas de lucha armada por la independencia del País Vasco y Navarra, ETA no ha cometido ningún atentado en España desde 2009 y anunció el 20 de octubre de 2011 el fin definitivo de la violencia.