Los sismos han disminuido en Nicaragua pero el gobierno dijo este miércoles que mantendrá la alerta roja debido a que los expertos aún no se atreven a asegurar que el peligro de mayores temblores pasó.
"Es cierto que la actividad sísmica es menor, pero desgraciadamente eso no quiere decir absolutamente nada, ningún experto puede decir que la situación se calmó completamente, nadie se atreve a decirlo", afirmó a medios oficiales la portavoz del gobierno y primera dama Rosario Murillo.
Nicaragua parecía haber recuperado la calma después de cinco días de constantes temblores que mantuvieron en vilo a la población, principalmente a Managua, donde las autoridades alertaron incluso el lunes el riesgo de un gran terremoto.
El gobierno llamó este miércoles a la población a continuar durmiendo en lugares seguros hasta que el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) y expertos en sismología de Cuba, Venezuela, México, Chile y Estado Unidos, que se encuentran en el país, determinen con certeza qué originó los temblores y su tendencia.
"Hay un conjunto de fallas en todo el valle de Managua a lo largo del lago, que según plantearon los geólogos tienen posibilidad de generar terremotos y en eso precisamente se centran las investigaciones en este momento", afirmó el experto cubano Leonardo Álvarez al oficial Canal 4.
Managua se asienta sobre una serie de fallas sísmicas que convergen en el lago Xolotlán. En 1972 la capital fue destruida por un devastador terremoto que dejó 10.000 muertos y centenares de heridos.
Murillo dijo que los expertos necesitan varios días para precisar si "esta crisis se resolvió, lo que no quiere decir que empiece otra, porque sencillamente la tierra es así, los volcanes son así, impredecibles".
Nicaragua decretó el jueves alerta roja tras un terremoto de 6,2 grados, a 20 km al norte de la capital, cerca del volcán Apoyeque, seguido el vienes de otro de 6,1 grados, originado a 60 km al suroeste de Managua, cerca del volcán Momotombo.
Ambos volcanes están ubicados en las costa del lago Xolotlán, que bordea los departamentos de León (noroeste) y Managua, que el domingo fue sacudida por un fuerte temblor de 5,6 grados con epicentro cerca del Apoyeque, y múltiples réplicas que pusieron a los capitalinos en máxima alerta.
El martes Venezuela puso a disposición de Nicaragua el satélite Simón Bolívar para monitorear la actividad sísmica y volcánica.
Los sismos dejaron dos muertos, 41 heridos, más de 2.000 personas evacuadas en albergues y miles de viviendas dañadas, principalmente en las ciudades de Nagarote, Mateare y Managua, a orillas del Xolotlán.