La huelga de hambre con la que desde el pasado lunes presiona la excarcelación del preso político Jorge Vázquez Chaviano puede costarle la vida a la líder opositora Marta Beatriz Roque, quien ayer entró en “estado crítico” por su decisión de no consumir alimentos y agua.
Roque junto a otros 22 disidentes inició una huelga de hambre el pasado lunes que rápidamente deterioró su salud, que hoy es crítica porque es diabética. Según uno de los huelguistas que la acompaña en su casa, Yazmani Nigles, “Marta (de 67 años) tiene la piel reseca, el agua no le pasa por la garganta y no puede sostenerse en pie”.
En la sala del pequeño apartamento, del barrio de Santos Suárez, en el centro de La Habana, también siguen el ayuno Yadira Rodríguez (22), Rosa María Naranjo (50), Fermín Zamora (45) e Iris María Rodríguez (45).
"Iniciamos la protesta el lunes y sólo tomamos agua", dijo Zamora, quien parece soportar mejor los rigores del ayuno que sus compañeros de protesta.
Otros opositores, entre ellos el veterano Vladimiro Roca, se encuentran en la pequeña vivienda auxiliando a los huelguistas.
Según Nigles, los huelguistas piden la excarcelación del preso político Jorge Vázquez Chaviano, quien debió cumplir su condena el 9 de septiembre y aún permanece en prisión, y protestan por otros actos represivos contra opositores.
"La huelga se quedó que iba a ser hasta el final, hasta que el Gobierno ceda a las peticiones, que no son nada del otro mundo, sino establecer la realidad, y si no tendrá a su espalda 23 muertos más", dijo el joven.
Roque única mujer entre los 75 disidentes detenidos en 2003 y condenados a largas penas fue excarcelada en 2004 por motivos de salud. La economista comenzó su actividad opositora en 1989 por la que cumplió cuatro años de prisión en entre 1997 y 2000.
El gobierno cubano considera a los opositores como "mercenarios" al servicio de Estados Unidos, y no reconoce ninguna de las organizaciones ni demandas de éstos.
Las huelgas de hambre, que han costado la vida a dos opositores cubanos desde febrero de 2010, se han convertido en el principal recurso de la disidencia para reclamar sus derechos ante el gobierno comunista y pese a su escaso éxito, es una práctica constante.
"No somos partidarios de que la gente dañe su salud dejando de comer, pero comprendemos que no les queda otra alternativa. En el caso de Cuba las huelgas (de hambre) son particularmente peligrosas, porque el gobierno deja morir a los huelguistas", dijo Elizardo Sánchez, líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, que es ilegal aunque tolerada por el gobierno.
Sánchez destacó los decesos de los opositores Orlando Zapata y Wilman Villar, "quienes murieron bajo custodia del Estado, estando en prisión. Ambas fueron por demás muertes evitables".
Zapata, catalogado como "preso de conciencia" por Amnistía Internacional, murió el 23 de febrero de 2010 tras 85 días sin comer. Villar, obrero textil de 31 años, pereció tras unos 50 días de ayuno, el 19 de enero de 2012./EL NUEVO SIGLO –AFP