Con una participación en la operación de canje de deuda en manos privadas que "supera el 85%" de los títulos de derecho griego, según una fuente gubernamental, los acreedores privados de Grecia han alejado el fantasma de un default desordenado del país heleno.
Al término del plazo dado a los acreedores privados, en la noche de este jueves, los inversores privados de deuda griega aceptaron ampliamente participar en esta reestructuración de la deuda aceptando perder el 53,5% del valor de sus activos, que podría suponer la condonación de cerca de 100.000 millones de los 350.000 millones de la deuda total del país.
Los resultados deben ser anunciados oficialmente a las 06H00 GMT del viernes.
Los títulos de derecho griego se elevan a 177.000 millones de los 206.000 millones de deuda privada y el resto se divide entre bonos de derecho extranjero y préstamos otorgados por los bancos griegos a las empresas públicas nacionales con la garantía del Estado.
Ahora falta por ver si Grecia activará la cláusulas de acción colectiva (CAC) que obligan a la minoría de acreedores que se han negado a participar voluntariamente en la operación, a hacerlo. Esto supondría una participación de "alrededor del 90%", dijo la fuente gubernamental.
La eventual decisión de activar las CAC será examinada conjuntamente por Atenas y sus socios de la zona euro en una teleconferencia prevista el viernes a las 12H00 GMT.
Según la televisión pública Net, si los CAC son activados, Atenas podría canjear finalmente hasta 197.000 millones de los 206.000 millones en juego para esta operación sin precedentes destinada a reducir el peso de la deuda del 160% actual al 120,5% para 2020.
El canje concreto de los títulos se producirá el próximo lunes para las obligaciones de derecho griego, que representan 86% del total, y el 11 de abril para las restantes de derecho extranjero, según el calendario oficial.
Entre los grandes bancos que han dado su visto bueno se encuentran Deutsche Bank, HSBC, BNP Paribas, Société Générale, Dexia y los griegos Banco Nacional de Grecia, Alpha Bank y Eurobank.
Además de las grandes instituciones, el resto de la deuda griega está dispersa entre centenares de fondos de inversión, fondos de riesgo (hedge funds) o pequeños bancos que no se habían manifestado de forma pública.