Los dirigentes europeos debaten "medidas importantes" para salir de la crisis de la deuda, en una cumbre de dos días en la que buscan superar las reticencias de Alemania a algunas de las propuestas para reactivar el crecimiento que tanto necesitan Italia y España.
"Esperamos aprobar importantes medidas para reactivar el crecimiento y el empleo" en la zona euro, dijo el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al iniciar la cumbre de los 27 jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE).
"Italia, España, Grecia, Chipre y Portugal están en grandes dificultades. Si no los ayudamos, habrá un efecto dominó en toda Europa, debemos tomar medidas de urgencia", advirtió el primer ministro belga Elio Di Rupo.
Durante la cumbre deberán superar varias diferencias sobre las medidas para reactivar el crecimiento y sentar las bases para la integración fiscal y financiera de la zona euro, especialmente para ayudar a España e Italia, acosadas por los mercados.
"Vengo a impulsar soluciones rápidas para apoyar a los países que se enfrentan a dificultades en los mercados pese a que han hecho esfuerzos considerables", dijo el presidente francés François Hollande.
Espero que demos una "importante señal (...) de que por un lado necesitamos un pacto fiscal y por otro, apuntar a la reactivación del crecimiento y del empleo", señaló la canciller alemana Angela Merkel.
En los últimos días, Merkel dejó bien claro que podría contemplar medidas como alguna forma de emisión conjunta de deuda por parte de los países de la zona euro, pero sólo si existe una profunda integración europea en la que los países miembros cedan cada vez más soberanía a Bruselas.
Y de eso trata justamente el proyecto divulgado esta semana por el presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, que será debatido durante la cumbre que finalizará el viernes con una reunión de las 17 economías de la zona euro.
"Pero de momento Merkel no cede en nada", admitió una fuente europea.
Ayuda directa a los bancos
Los dirigentes de la Unión Europea (UE) afinan una "hoja de ruta" para la integración fiscal, con un superministro de Finanzas europeo con capacidad para intervenir en los presupuestos de cada país e incluso modificarlos, además de definir techos de gasto y de deuda.
Sin embargo, la propuesta sería de largo aliento. Y el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, alertó que "todo esto no sirve de nada si no podemos financiarnos".
"Tenemos que resolver el problema de la sostenibilidad de la deuda", añadió.
Los dirigentes de la UE intentan trazar el camino hacia una unión bancaria, que contemple la posibilidad de "romper el vínculo entre deuda pública y bancaria", es decir que la recapitalización de la banca se haga directamente, sin pasar por los Estados. Un asunto capital para España.
España pidió oficialmente ayuda a la zona euro para recapitalizar su banca. Pero según los tratados vigentes, el Fondo europeo de rescate sólo puede suministrar los fondos a través del Fondo público de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) español.
Es decir, que el rescate se computará como deuda pública en un país que se ha comprometido con Bruselas a reducir su déficit público al 5,3% del PIB este año, frente al 8,9% en 2011, en medio de una grave recesión y un desempleo que afecta casi al 25% de la población.
En esta coyuntura, los mercados le exigen tasas de interés de casi el 7% por su deuda, insostenibles a largo plazo.
El rescate a España se hará a través de fondo de rescate temporal (FEEF) y se "transferirá" al permanente (MEDE). Esa opción desalienta a los inversores privados ya que en caso de una moratoria, el MEDE tendrá prioridad al cobrar.
Sobre la mesa está además la propuesta del primer ministro italiano, Mario Monti, de usar el fondo de rescate europeo para comprar deuda pública en los mercados secundarios de los países que "han hecho los deberes", como Italia y España.