Viernes, 23 de Diciembre de 2011
Las campanas redoblaron el viernes para despedir al ex presidente checo y líder de la Revolución de Terciopelo contra el régimen comunista, Vaclav Havel, fallecido el domingo a los 75 años, a cuyo funeral acudieron numerosos jefes de Estado y personalidades de todo el mundo.
Entre los asistentes a la ceremonia se encontraban la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton junto a su marido, el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, así como el mandatario francés, Nicolas Sarkozy y el primer ministro británico David Cameron.
El país entero se paralizó cuando los asistentes a los funerales guardaron un minuto de silencio, que marcó el inicio de la ceremonia, celebrada en la Catedral de San Vito de Praga, donde tradicionalmente eran coronados los reyes checos.
El cardenal Giovanni Coppa leyó una carta escrita por el papa Benedicto XVI, en la que el pontífice recordaba "la forma valiente con que Havel defendió los derechos humanos en una época en que eran rechazados sistemáticamente".
"Quiero rendir homenaje a su liderazgo visionario que permitió forjar una nueva realidad política tras la caída del régimen" comunista, recalcó el papa.
El presidente francés describió a Havel como un "gigante" y destacó que Havel "hizo que el este de Europa girara hacia la democracia", defendiendo siempre "la reunificación del continente".
El presidente checo Vaclav Klaus, el ministro de Relaciones Exteriores Karel Schwarzenberg y la ex jefa de la diplomacia estadounidense Madeleine Albright, nacida en la República Checa, hablaron durante la ceremonia.
Havel fue presidente de Checoslovaquia de 1989 a 1992 y posteriormente gobernó la República Checa de 1993 a 2003, cuando la federación se dividió en dos estados.
Miles de personas, la mayoría portando cintas con los colores de la bandera checa -rojo, blanco y azul- junto a un lazo negro en señal de duelo, se reunieron en el centro histórico de Praga para seguir la misa a través de pantallas gigantes situadas en las inmediaciones de la catedral.
"Es como la pérdida de alguien muy cercano", explicó Alena Bartonova, quien viajó junto a su marido y su hijo de seis años desde Karlovy Vary, una ciudad situada a 120 kilómetros de la capital checa, para traer un ramo de flores rojas.
"Tal vez la gente considerará finalmente a Havel como un filósofo, no sólo como un político. Hasta ahora no ha sido posible", declaró a la AFP Jan Zufnicek, un joven de 38 años que siguió los funerales cerca de la catedral junto a un amigo, ambos vestidos de negro.
Miles de ciudadanos acudieron al castillo de Vladislav, en Praga, donde fue instalada la capilla ardiente para rendir su último homenaje a Havel, hasta que las autoridades cerraron sus puertas el jueves por la noche.
La vecina Eslovaquia declaró el viernes día de duelo nacional, con las banderas a media asta.
El viernes está previsto que se celebre un concierto de rock en honor a Havel, que era un gran amante de este género musical, en el palacio de Lucerna, un edificio del siglo pasado que fue construido por su abuelo.
El cuerpo de Havel será incinerado en el cementerio de Praga Strasnice el viernes por la tarde y el domingo sus cenizas serán trasladadas al cementerio de Praga Vinohrady, donde descansan los restos de otros familiares.
La ciudad polaca de Gdansk (norte) rindió su particular homenaje al ex presidente checo inaugurando una avenida con su nombre.
"Cuando alguien como él desaparece, es normal que Gdansk, ciudad de la libertad y símbolo de las transformaciones democráticas en Europa del este y central, rinda homenaje a Vaclav Havel", manifestó el alcalde de la localidad Pawel Adamowicz, citado por la agencia PAP.
AFP