El director general de HSBC, Stuart Gulliver, se vio obligado este lunes a dar explicaciones sobre su cuenta en Suiza, un nuevo capítulo molesto para el banco británico, golpeado de lleno por el escándalo Swissleaks.
La tormenta no ha cesado, dos semanas después de que se desatara el escándalo "SwissLeaks". Los grandes medios internacionales sacaron a la luz los 180.600 millones de euros de personas ricas de todo el mundo depositados en cuentas del banco en Suiza entre finales de 2006 y principios del 2007 para evitar pagar impuestos.
El ejercicio de presentación de las cuentas anuales del grupo se transformó el lunes en una difícil escena de explicaciones para Gulliver, presionado por las preguntas de los periodistas sobre la cuenta que él abrió en Suiza en 1998, y cuya existencia reveló el domingo el diario The Guardian.
"Yo pago los impuestos británicos sobre todos mis ingresos mundiales (...). Y no creo que yo haya afectado de ninguna manera a mi capacidad" para dirigir el grupo, recalcó Gulliver.
Según el rotativo londinense, esta cuenta albergaría las primas recibidas por Gulliver, entonces expatriado en Hong Kong, valoradas en 7,6 millones de dólares (6,7 millones de euros) en 2007.
El director general precisó que esta estructura, que el grupo rechazó aclarar si seguía vigente, se activó en aquel momento para garantizar la confidencialidad de su remuneración respecto a sus colegas de Hong Kong.
Aún así, esta nueva revelación afea la figura de Gulliver, quien ha multiplicado las promesas de reforma y de buena conducta en nombre del HSBC, gigante mundial basado en Londres y que celebrará su 150 aniversario este año con sus 266.000 empleados.
Por otro lado, el director general del HSBC reconoció el lunes que el banco había retirado su publicidad de los medios que le habían dedicado una "cobertura hostil" y matizó que esta acción "no tiene nada que ver con la pretensión de influir en la cobertura editorial de nadie".
"Nosotros recurrimos a la publicidad para vender más productos bancarios. No tiene ningún sentido ubicar un anuncio al lado de una cobertura periodística hostil", declaró Gulliver.
Este escándalo constituye el último episodio de una serie de casos que han obligado al primer banco europeo a pagar miles de millones de dólares para hacer frente a multas y subsanaciones en varios países, principalmente en Reino Unido y Estados Unidos, relacionadas con varios casos problemáticos.
Combinados con la bajada de ingresos de liquidez ligados a las cesiones de sus activos, en comparación con los de 2013, los costosos procedimientos provocaron una bajada del 15% de los beneficios netos del HSBC en 2014, hasta los 13.700 millones de dólares (12.000 millones de euros).
- Objetivos financieros reducidos -
Más allá de las investigaciones que están mermando su reputación, HSBC avisó de que su actividad podría verse afectada este año "a causa del amplio abanico de incertidumbres y de desafíos" que planean sobre la economía mundial, después de haber visto su volumen de negocios disminuido en un 5,3% en 2014, hasta los 61.200 millones de dólares (53.800 millones de euros).
A causa de los "cambios" que se están produciendo en el sector financiero, HSBC ha reducido sus objetivos financieros a medio plazo.
El título del HSBC cayó a media mañana después de estos anuncios, perdiendo el 5,57% de su valor hasta los 571,50 peniques a las 11H15 GMT, en un mercado prácticamente estable.